26 de junio de 2011

Animalitos.

Capítulo 9. El Camello.




Nos encontramos ante un animal, cuanto menos un poco raro… Ambicioso como el sólo, no le basta tener una joroba como su primo el Dromedario, si no que se agenció dos, para ser doblemente jorobado… Son, dicho de otra forma: “Los jorobados del Desierto”…

Sí, la verdad es que mirando su foto, da la sensación de que es un animal hecho a trozos, y por si fuera poco, dichos trozos no parece que pertenezcan a un mismo animal…



De una sed insaciable, son capaces de dejar en ridículo al mayor de los borrachos, ya que pueden beber de una sola vez y casi sin respirar, la friolera de 180 litros de agua. Supongo que también podrán beber cualquier otra bebida, aunque nadie ha hecho la prueba de darles un par de barriles de cerveza…, salvo aquel Mohamed que se quedó sin camello… Y tampoco se sabe dónde joroba guarda tanto litro, porque en las ídem sólo almacenan grasa. Lo cual tiene gracia, porque cualquier otro bicho viviente intenta desesperadamente deshacerse de las grasas…

Es un animal bastante mal educado y algo barriobajero, ya que para defenderse de los ataques, no se le ocurre otra cosa que escupir a la cara. Tal habilidad, con el paso de muchos siglos de práctica, le ha dotado de unos labios que ya quisiera Mick Jagger en sus mejores momentos. Bueno, en realidad son tres labios, ya que el superior está dividido en dos partes que se mueven por separado… Supongo que, por tal motivo, y si alguna hembra humana tiene el valor de prestarse a comprobarlo, el Cunnilingus de Camello no debe tener comparación con el de ninguna otra especie…

Se les llama camellos ya desde la antigüedad, y dicho nombre no es por casualidad, ya que fueron pioneros en el transporte y reparto de drogas.

Dicho así suena un poco fuerte y difamatorio, pero uno de sus primeros “trabajos” o “encargos”, lo hicieron bajo las órdenes de tres reyes que, a diferencia de lo que nos quieren hacer creer, no transportaban Oro, Incienso y Mirra, si no Porros, Marihuana y Birras (lo de las Birras es porque dicen que los porros y la Marihuana dan mucha sed…, y también por ese primer trabajito, a la Marihuana se le llama además María… en honor a tan ilustre consumidora…).

A partir de ahí, a todos los que transportaban y repartían drogas, se les llamó Camellos. Eso sí, con la particularidad de que sus descendientes ya no tenían joroba, si no que jorobaban a todos los que les encargaban algo…

En la actualidad, y desde hace muchos años, está inmerso en los juzgados tras interponer una demanda a la marca de tabaco Camel. Están tremendamente ofendidos, aunque la demanda no denuncia el uso de su nombre, si no el uso de la imagen de un dromedario bajo su nombre…

Os podría contar muchas más cosas sobre los Camellos, pero eso… que lo hagan los de National Geographic…



Y ahora como es Domingo, y tal y como su propio nombre indica, os dejo con la sección “El Vídeo del Domingo”… antes de que nadie se queje por ello…




20 de junio de 2011

Y ustéd qué sabe...

Todos nos hemos encontrado en alguna ocasión, o para qué engañarnos, en muchas ocasiones, con el hecho de tener enfrente a alguien, con una opinión completamente contraria a la nuestra. Vamos, lo que viene siendo un ligero contraste de opiniones... En definitiva: una discusión. Un compañero de trabajo, un amigo, un hincha del equipo rival, el político de la oposición, el vecino…, continuamente ponen a prueba nuestra capacidad de comprensión.

En una situación como esa, uno puede hacer dos cosas: La primera de ellas, y la más utilizada, es pensar: “menuda gilipollez me está contando este tío”, y terminar por no hacerle caso ni intentar razonarlo, mirar para otro lado y tomarle por loco o por un individuo que no sabe ni lo que dice… Pero yo aprendí, no me pregunten cuándo porque no tengo ni idea, que cuando alguien te está contando algo que parece increíble y que se escapa a toda lógica y comprensión, posiblemente sea porque sabe algo que tú desconoces…

Se trata ni más ni menos, que del viejo arte de ponerse en la misma situación del otro, intentar entender porqué piensa de esa manera. Claro que sería más fácil si el otro supiera explicarse mejor, pero la mayoría de las veces no se hace ni el más mínimo esfuerzo en intentar comprenderlo.

Todo esto viene a cuento, porque este fin de semana he visto por enésima vez (y las que me quedan…), la película Avatar. Una película que además de pertenecer al género de cine fantástico… es fantástica. Tengo que reconocer que tardé bastante en verla por primera vez, ya que este tipo de películas muchas veces no las veo por pereza. Ver tanto bicho raro me da fatiga y me gustan las películas más sencillas. Pero cuando la vi me cautivó su argumento que, aunque repetido, trata bien a las claras sobre todo lo expuesto en la introducción que he hecho, pero a lo bestia… Tal argumento ya lo hemos visto en otras películas, como por ejemplo en “Bailando con Lobos” y “El Último Samurai”. Seguro que hay muchas más, pero ahora mismo sólo me vienen esas dos a la cabeza…

Básicamente, tratan de cómo el héroe de turno se introduce en el bando contrario con el objetivo de estudiar al enemigo, para sacar provecho de ello. Finalmente, y tras aprenderlo todo sobre ellos, se dan cuenta de que la ideología enemiga es tan válida como la suya, hasta el punto de que se convierte en uno de ellos…




Así pues, y salvando las distancias, nosotros podemos hacer dos cosas: intentar aprender qué motivos tienen los demás para opinar de manera diferente a la nuestra, o seguir tratándolos de locos… Si hacemos lo primero, es más que posible que la discusión llegue a buen puerto. Si hacemos lo segundo, la batalla está servida, y… ¿os podéis imaginar la cantidad de batallas que se evitarían?...

En fin, espero que el rollo este no os haya producido somnolencia, pero algún día tenía que escribir algo serio, más tratándose de la entrada número 200 que escribo…


19 de junio de 2011

Domingueando...

Viene el Domingo, además de soleado, cargado de premios. Como en el anuncio de Petit Suisse "a mi me daban dos...".

Uno de parte de Valeria, para el que afortunadamente, no hace falta cumplir ninguna condición ni someterse al tercer grado... ni ningún otro grado. Gracias Valeria.


Y el otro viene de parte de Caarsa... Para recibir este premio sí que hay que cumplir una pequeña condición, la cual yo ya he cumplido en su blog. Se trata nada más y nada menos que de contar una fantasía sexual...




Después hay que pasarle el premio a otros siete blogs, pero yo que soy más chulo que un ocho, sólo se lo voy a pasar a tres, pero que al ser blogs grupales, deberán escribir un post en su blog contándo tales intimidades todos sus componentes... Los tres blogs "afortunados", son:

Los chicos del Men In Blog: MIB


Y a los más cachondos que no se depilan: Retrosexuales Unidos.


No me deis las gracias... Responder primero y ya me lincharéis después...

Pero como no sólo de premios vive el hombre... ni éste blog, aquí os dejo "El Vídeo del Domingo". ¿Quién no ha imitado alguna vez a estos chicos, moviendo la melena al compás de la música?... Quiero decir, quien tenga melena...






14 de junio de 2011

¿Atracción?...

Un hombre entra en una cafetería. En un acto reflejo examina el interior de la misma guardando en su memoria todos los detalles que su mente le permite. Dado que no es un ejemplar de mente brillante, los detalles que consigue procesar no son demasiados. Eso provoca que, no sólo esté a punto de caerse al no ver un escalón próximo a la puerta que acaba de cruzar, si no que algún metro más adelante, también se lleve por delante unas muletas que estaban apoyadas en una silla en posición diagonal. A pesar de todo, consigue llegar sin más contratiempos hasta el mostrador, donde permanece de pies porque no vio a tiempo la única banqueta libre…, que si vio una mujer que entró por la otra puerta existente del local…

La mujer también ha permanecido unos segundos plantada en la puerta tras cruzarla, y a pesar de tener aún puestas las gafas de sol, tarda apenas cinco segundos en sortear todos los obstáculos que se interponen entre ella y la única banqueta libre al lado del mostrador. Ni siquiera ha necesitado mirar a su espalda para saber a ciencia cierta cuantos clientes han seguido su trasero con la vista…, y sólo vuelve su cabeza para presenciar como aquel torpe se trastabillaba con la muleta apoyada en la silla en posición horizontal. Se sienta en la banqueta y pide un café mientras busca algo en el bolso. Le interrumpe la voz del hombre torpe pidiendo algo sin alcohol, y aunque en un principio no le presta demasiada atención, no puede evitar hacerlo al escuchar al camarero blasfemar por la falta de indecisión del cliente que no sabe qué bebida pedir, al mismo tiempo que le decía que él no era nadie para decidir qué debía beber un cliente…

El hombre está indeciso. Más aún con aquella espléndida mujer a escasos dos metros de su posición. En tan sólo unos segundos, la mujer había conseguido que su mente no fuera capaz de decidir entre una cerveza sin alcohol o una Coca Cola, así que pensó: “de perdidos al río”… y pidió un Martini… Giró 90 grados y se situó de frente a la mujer que le había descentrado, intentando aparentar seguridad en sí mismo… sin conseguirlo, porque al girarse tropezó el vaso recién llenado, derramando su contenido sobre el mostrador… Más juramentos de boca del camarero y doble gasto para nuestro hombre.

Mientras añadía el azúcar al café, la mujer observa de reojo al hombre de su derecha que por fin se ha decidido por un Martini. Se percata de que se ha girado hacia ella y que ha tirado la bebida llegando a salpicar su rodilla desnuda. Coge una servilleta y la seca cuidadosamente mientras escucha un torpe y balbuceante “lo siento”. Ella levanta la vista y lo mira con una sonrisa indulgente. Se detiene a observarlo concienzudamente. Fija su vista en el entrecejo y la va bajando lentamente hasta llegar allá donde se unen las dos piernas. Vuelve a subir la vista pero a medio camino la vuelve a bajar, para detenerse en ese singular lugar dibujando su cara una expresión de asombro…




A duras penas el hombre intenta reponerse del espantoso ridículo que acaba de soportar al tropezar su copa. Intenta disculparse con la mujer de su izquierda, a quien ha salpicado la rodilla que tiene en medio de su interminable pierna. Comprueba aliviado que la mujer acepta sus disculpas mientras se seca con movimientos que simulan una caricia. El hombre pierde su mirada entre los pliegues de la corta falda, pero entre aquellos macizos muslos no corre el aire y el hermetismo es total. Levanta la mirada y se percata de que la mujer le está mirando su entrepierna. Poco a poco, la observadora va levantando la vista, y nuestro hombre se prepara para un inminente encuentro de sus miradas, pero al llegar los ojos de ella a su pecho, bruscamente vuelven a descender hasta la entrepierna… El ve cómo se dibuja en su cara un gesto de asombro y orgulloso espera a que le mire a los ojos. Tras unos segundos interminables, ella levanta la vista y… él no puede aguantar la mirada. Tímida y lentamente mira hacia abajo… para descubrir que llevaba la bragueta abierta.



Moraleja: El significado de una mirada es muy relativo… y variable, haciendo que cualquier parecido con la realidad sea pura coincidencia…



12 de junio de 2011

El vídeo del Domingo

Hoy no me lo salto. Hoy toca.

Y lo hago para demostrar, una vez más, que los viejos rockeros nunca mueren..., aunque vayan en un ataúd muy muy grande...



6 de junio de 2011

Tener sueño...

Tener sueño, aparte de haber dormido poco, representa algo más. Es otra clara muestra de la avaricia humana, que con tal de tener algo, se conforma con cualquier cosa que vaya detrás del verbo tener…

Y particularmente en el caso del término “sueño”, tal planteamiento, el de la avaricia, está respaldado por el hecho de que esté mejor valorada la versión plural de dicho término. O lo que es lo mismo, cuanto más tengas mejor.

La versión singular del término: “sueño”, aunque sea algo innumerable, se relaciona con un adjetivo poco favorecedor, y si usted presume diciendo por ahí: “tengo sueño”, no sólo no le van a admirar, sino que le llamarán “dormilón”. En cambio, estará mucho mejor visto, e incluso gozará del beneplácito de sus congéneres más próximos, si la frase pronunciada es: “tengo un sueño”… Aunque sólo sea uno.

Es posible que los más pesimistas le tachen de soñador, pero en líneas generales, será bien acogido por la sociedad, que verá en usted a una persona emprendedora y con ilusión en iniciar proyectos… aunque al final no haga nada de nada. Por supuesto, tal beneplácito aumentará de una manera directamente proporcional, a medida que ustéd vaya acumulando sueños en su haber, que le permitirán seguir presumiendo de tener sueños.

Pero no se crea. A diferencia de otras muchas posesiones, el tener sueño no es algo de lo que uno pueda estar orgulloso. Yo lo tengo y, no sólo no estoy orgulloso de ello, sino que además se lo regalo a quien lo quiera. Estaría mucho más orgulloso si tuviera hambre, al menos eso significaría que tendría estómago, y ese sí que es un buen motivo, incluso noble diría yo, para sentirse orgulloso…

Es posible que el tener sueño le sirviera de algo si se dedicara a fabricar almohadas…, o colchones…, o somieres…, bueno, vale… o camas, pero en caso de que no se dedique a ello, no le servirá para nada. O para casi nada. Únicamente le servirá para abrir la boca de manera intermitente, lo cual, dependiendo del momento en que se produzca puede resultar un tanto incómodo, y por qué no decirlo, tambien ridículo…

Además, por mucho sueño que tenga, lo perderá en cuanto se quede dormido… o mejor dicho, en cuanto se despierte…
 



Pd.: Nuevo mes, nueva chica del mes...