23 de marzo de 2010

Con el sudor de...

Se abre un ascensor, un hombre entra en él y se gira mirando al exterior. Segundos después entra una mujer, se coloca en la misma posición… y se cierra la puerta. Inician una conversación trivial…

Aparentemente no ha sucedido nada fuera de lo normal, pero he visto películas pornográficas que comienzan con alguna escena como esa. Las películas de ese género son así de simples, y tengo la sensación de que quienes viven de tal industria, sudar lo que se dice sudar, sudan poco. Bueno, los actores si que sudan aunque estén “actuando” en el polo norte, rápidamente se acaloran y les sobra toda la ropa…

Yo no soy un consumidor habitual de dicha industria, (y si lo fuera tampoco iba a reconocerlo, ¿o usted si lo haría?...), pero alguna que otra he visto, hasta que he podido aguantar sin… dormirme. Y tengo que reconocer, que los protagonistas le ponen cuerpo y alma a la situación, pero eso a veces no es suficiente…

Siempre he pensado, que los guionistas de tal género cinematográfico, no tienen mucha imaginación. Es más, creo que no tienen ninguna imaginación. No voy a descubrir ahora que los diálogos que adornan las diferentes escenas, aparte de ser escuetos, se repiten hasta la saciedad durante todos los “actos” de la obra. Pero en los prolegómenos, basta con que se dediquen un “buenos días”. Es así de inesperado e instintivo. Sólo con mirarse, se caen bien y congenian de tal manera que se ponen a copular como posesos, sin ni siquiera pararse a pensar que con tal vaivén se pueden cargar el ascensor.

Los coreógrafos que diseñan las escenas tienen que pensar un poco más, pero sólo un poquito más que sus colegas, ya que a pesar de disponer de todo un Kamasutra de posturas, se conforman con hacer coreografías de unas pocas posiciones. Eso si, siempre eligen las que visualmente nos dejan unos bailes más que aceptables, y que, además, permiten una mejor maniobrabilidad al cámara de turno para que pueda conseguir un buen primer plano de… la escena.

El director lo único que hace es estar sentado en una silla viendo como actúan los actores, y eso no es lo único positivo que tiene su ocupación, ya que de vez en cuando debe corregir e instruir a los actores, lo cual implica algún que otro manoseo. Además, siempre tienen el poder de elegir a los actores. Bueno, lo que en realidad es una ventaja es poder elegir a las actrices, a los actores seguramente les elijan a dedo. Pero a ellas, estoy seguro de que son sometidas a horas y horas de duros castings, en los que tienen que interpretar escenas en solitario ante la atenta mirada del sufrido director…

Pero si hay alguien de este mundillo que, sin lugar a dudas, es ampliamente afortunado en comparación con el resto del mundo del celuloide, y ese no es otro que el encargado de vestuario. Es como ser el sastre de Tarzán. No creo que ningún profesional de este sector haya tenido nunca ni una sola crítica, porque su labor pasa completamente desapercibida para el porno-seguidor poco observador, es decir, casi todos. Y es que hay que ser muy, muy observador, para llegar a apreciar si el modelito que lleva puesto la maciza de turno está bien conjuntado con la escena, en tan sólo unos ocho segundos y medio que le dura puesto. De la ropa interior, ni hablo, ya que es tan pequeña que ni se ve, y aunque se viera ¿quién se iba a fijar en ella? (en la ropa digo, de la maciza seguro que podemos incluso adivinar si la han operado de amigdalitis).

En fin, no puedo seguir desmembrando este fascinante mundillo porque… apenas veo este tipo de películas, porque, no sé si lo he dicho ya, pero no soy consumidor habitual de este tipo de cine. Que quede claro este último punto, porque después la gente lo malinterpreta y surgen suspicacias y comentarios de todo tipo, que yo aceptaría de buen grado si fuera el caso, pero como no lo es, que no se si lo he dicho ya…

Terminando, que es gerundio, que cada uno se gane el pan con el sudor de lo que pueda, que es tan lícito como un código de barras…

20 de marzo de 2010

Diario de Champions. Cap.5

A partir de ahora, todos los artículos relacionados con éste tema en particular, y deportivos en general, tendrán su propio espacio en un nuevo blog.

El blog, que nace hoy, se titula "Chamartín", y allí podéis encontrar todo lo que escriba relacionado con dichos temas. Allí os espero.

Saludos cordiales.

19 de marzo de 2010

No se lo pierdan.

Debo de advertirles, y el que avisa no es traidor si no todo lo contrario, de que en conmemoración al “Día del Padre”, ha sido inaugurado un nuevo blog, o lo que quiera que sea, con el título “Retrosexuales Unidos”.


Con un título como ese y como se pueden imaginar, es un blog escrito por retrosexuales convencidos, en el que, por ser uno más de ellos, voy a participar activamente sin ninguna reserva, y cuyo contenido nos demostrará una vez más que en la vida tiene que haber de todo. Estamos convencidos de que lo que allí van a poder leer dará que hablar, aunque aún no sabemos, si merecerá la pena que la gente hable sobre ello, o si será mejor que se calle lo que piense.

En fin, como seguramente les importará un carajo lo que están leyendo, no les incordio más con palabrería barata y les invito a que se aventuren a asomar la cabeza por dicho blog. Nada más. Un saludo a todos…

¿Cómo..? ¿Qué se me olvida el qué…?

¡¡¡Ah!!! Que ponga el link… Sí, si, ahora mismo, caray que despiste mas despistado… Por favor, si desea visitar el blog “Retrosexuales Unidos” , pinche aquí .

Espero que no se arrepientan...

5 de marzo de 2010

Cronicas Chumbescas, Capítulo 4

(Capítulos anteriores).

A mediados de los cincuenta, concretamente en 1955 (sí, justo en medio), para los chicos de 11 años, no había demasiadas ocupaciones en las que perder el tiempo en el que no estaban en la escuela. Higor y sus tres compañeros tenían otro denominador común: la ocupación de sus padres. Todos ellos eran granjeros y vivían en las afueras del pueblo. Eso propició que la mayor parte de su tiempo libre, lo pasaran correteando por los prados y subiéndose a los árboles de los alrededores.

Uno de esos árboles, un enorme y centenario roble, que se alzaba plantado unos metros detrás del cobertizo de la granja de Higor, les inspiró para construir sobre sus grandes ramas una casita donde reunirse a hacer sabe Dios qué, y donde recluirse de los demás niños que siempre les estaban haciendo diferentes trastadas. Decían los más viejos del lugar, que aquel árbol llevaba allí plantado desde la Guerra de la Independencia. Por supuesto, ninguno de ellos estuvo allí para verlo, así que no les hacían demasiado caso.

Fueron muchas las horas que emplearon para construir su “casita del árbol” como después la bautizaron, y muchas las cajas que tuvieron que robar en la tienda de Bob el tendero, de las que se proveían para sacar las tablas necesarias para el armazón de la caseta. El pobre Bob, aún sigue buscando a los culpables 55 años después… Por supuesto que después de tantos años ni siquiera el CSI ha sido capaz de recopilar ninguna prueba incriminatoria contra nadie del pueblo.

Jason se encargó de hacer el diseño de la casita del árbol, lo cual explica el exagerado toque rústico de la constitución de dicha casita, más que nada porque Jason era muy rústico y aplicaba a todo lo que hacía su sello personal e intransferible. La decoración interior… eso fue otra historia. El encargado de decorar la casita del árbol, fue Micky, como no podía ser de otra manera, dado que era el único de los cuatro lo suficientemente refinado y con el buen gusto necesario como para llevarlo a cabo. Claro que quien conociera a los cuatro inseparables y viera la decoración interior, nunca habría podido suponer que tal tarea la había desempeñado alguno de ellos.


John, por su parte, fue el encargado de idear la manera de subir a la casita y, dada su escasa capacidad imaginativa para crear cualquier cosa, tomó la decisión de agenciarse una escalera que su padre usaba para subir al pajar. El pobre padre de John, aún sigue buscando la escalera y nunca supo a dónde fue a parar tal instrumento. Claro que tampoco le importó demasiado, su gran fortaleza física le permitió durante años izarse a pulso con una cuerda, instalada allí por él mismo para tal menester. Como se puede apreciar, la falta de imaginación de John tenía mucho que ver con sus genes…

Higor, que sí que tenía imaginación, aunque bien es cierto que dicha imaginación era un tanto abstracta, convenció a sus compañeros para que le dejaran construir una jaula que albergara en su interior a la multitud de bichos que habían ido cazando en sus correrías campestres. Entre ellos, destacaban 4 lagartijas, 3 grillos nordistas, 5 escarabajos peloteros rallados y 2 caracoles fugaces. Se esmeró como nunca lo había hecho y el resultado fue espectacular. Recibió muchas felicitaciones de sus compañeros por tal obra de arte. El mismo día que terminaron todos los trabajos en la construcción de la casita, Higor se presentó con la espectacular jaula. Dejaron instalado en la jaula su pequeño zoológico y se fueron a sus casas muy alegres y contentos por todo lo que habían hecho.

A la mañana siguiente, cuando iban a declarar inaugurada la casita, observaron aterrorizados, que la jaula…estaba vacía. Higor no había caído en el insignificante detalle, de que la separación de los barrotes no era la adecuada, y… allí ya no estaban esperándoles ni los caracoles fugaces… Despues de llevarse semejante decepción, decidieron que lo mejor era que Higor siguiera haciendo lo que mejor sabía hacer, es decir, limitarse a observar el paisaje, sin hablar por supuesto.

La casita del árbol, aparte de servirles como lugar de reunión, le sirvió a Higor para aumentar considerablemente su número de accidentes domésticos, ya que su conocida falta de coordinación de movimientos, no le facilitaba en nada la labor de subir por aquella estrecha escalera hasta donde se encontraba la caseta (aproximadamente dos metros de altura), y era rara la semana que no visitaba el hospital con algún miembro móvil de su cuerpo roto.

A partir de aquel momento, nuestros protagonistas se dedicaron en cuerpo y alma a disfrutar del campo y de su lugar de encuentro encima de aquel árbol, ajenos al resto del mundo, o mejor dicho, ajenos al resto del pueblo, hasta que… descubrieron un mundo que hasta entonces les había sido completamente indiferente, y que por una mera casualidad entró en sus vidas, no sabemos si para mejorarlas o para empeorarlas, pero si para cambiarlas completamente. Me estoy refiriendo, al maravilloso mundo de las niñas… Pero eso será en el siguiente capítulo.