Continuación de ésto.
Él intenta recomponerse como puede, en un acto reflejo y, cómo no, torpemente cierra la cremallera de su pantalón asegurándose de dejarlo todo en su sitio… Levantó la vista, tranquilizándose al ver la mirada complaciente que la mujer le dedicaba. Así y todo pensó: “tierra trágame”… Mientras tanto, ella pensaba: “me tragaría todo eso…”.
Siguieron dedicándose miradas, unas más furtivas que otras, mientras apuraban sus correspondientes bebidas, pero ninguno de los dos, cada uno por diferentes motivos, se atrevía a romper el hielo. Él porque pensaba que ya había hecho bastante el ridículo por aquel día. Ella porque no le parecía oportuno, sabe Dios porqué.
Pero poco a poco, dentro de cada uno de ellos iba creciendo una incontrolable ansiedad de hacer algo juntos. Fue ella quien se decidió antes a romper el hielo. Su mente buscaba las palabras idóneas que no pusieran más nervioso aún al torpe que tenía frente a ella. De repente una idea vino a su cabeza y, casi sin darse cuenta, la pronunció con un volumen lo suficientemente alto como para que él la oyera diciendo: “deberíamos echar el resto…”. Él la escuchó estupefacto y respondió: “me conformaría con echar uno…”.
Ni siquiera se dijeron sus nombres, pero una vez roto el hielo, ambos ganaron en confianza, él porque nunca la tuvo y ella porque no se sintió rechazada. Y ambos iniciaron esta conversación:
Ella- Aquí no podemos, esto es un lugar público.
Él- Tienes razón, ¿dónde lo hacemos?
Ella- En la misma calle… No tengo ganas de perder mi precioso tiempo buscando otro lugar más cómodo…
Él- De acuerdo, será un poco molesto, pero de acuerdo… ¡Camarero! Cóbreme las dos consumiciones…
Ella- A lo demás invito yo…
Tras pagar la cuenta, salieron a la calle y buscaron un lugar que les resguardara de la lluvia. Se cobijaron en un portalillo y, tras dedicarle ella una sonrisa, empezó a rebuscar en su bolso mientras decía: “creo que me queda uno”. Él ya no podía aguantar más la ansiedad, así que la ayudó a buscar aquello que necesitaban:
Él- Si no lo encuentras sé dónde podemos comprar más, así podremos echar más de uno.
Ella- Mírale a él qué espabilado… Y eso que te conformabas con uno.
Él- Bueno, si sólo se puede uno, pues uno, pero si hay posibilidad de más… ¿Para qué desaprovechar la ocasión?...
Ella- Tienes razón… Pero ¿porqué me habré comprado yo un bolso tan grande?... ¡Ah!... Aquí está…
Ansiosa ella también, lo tomó en sus manos y dirigiendo su boca hacia él… lo encendió con el mechero que tenía en el bolsillo… Aunque enseguida se dieron cuenta de que con uno no les iba a alcanzar…
Moraleja: Nunca lleves sólo uno…, nunca se sabe con quién lo vas a tener que compartir ni cuánto vas a necesitar…
Vaya, estas cosas antes no ocurrían...
ResponderEliminarmás que torpes son bobotontos
ResponderEliminarA mi este final me mola mucho más.. me siento más identificada.. jajajajjajaja
ResponderEliminarBesos
Siempre mejor levar unos cuantos ajajajjaja
ResponderEliminarYo con uno me quedo conforme. Ahora... con medio ya me parece un abuso.
ResponderEliminarUn saludo.
Carina, al final le vamos a tener que estar agradecidos a la ley anti-tabaco...jajaja
ResponderEliminarBesos.
Chewbacca, no seas cruel, cada uno hace lo que puede...y lo que le dejan...
Besos.
Lady Tea, si, es un final con el que muchos nos sentimos identificados..., aunque habría estado bien el final imaginario jajaja
Besos.
S., si, por si acaso, aunque yo creo que basta con uno bueno... mejor calidad que cantidad...
Besos.
Yoni, desde luego, quedarse a medias nunca es bueno... ni siquiera para morirse.
Abrazo.
je, je. Buena historia
ResponderEliminarSalu2
jejeje, qué crack :-)
ResponderEliminarJuan Carlos, sí, una historia con miga jajaja
ResponderEliminarAbrazo.
Meg, desde luego, no es fácil ser como ese tío y sobrevivir a ello con tanta dignidad...jajaja
Besos.
jajajajajajajajajajaja buenísimo!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarMi mente perversa estaba pensando en otro final, debe ser el calor uffff
Besos brujos
Annie, no hace falta tener una mente perversa para imaginarse otro final... haga calor o no jajaja
ResponderEliminarEs que en el fondo nada es lo que parece...
Besos.