Como quien no quiere la cosa, y sin
previo aviso, estamos inmersos en pleno verano. Y además, como todo los años, no ha llegado solo, si no que se ha traído de la mano a diversos
inquilinos que nos van a amenizar tan bonita estación.
Por un lado, nos trae a una plaga de insectos
inmundos, hambrientos de chuparnos la sangre, que nos harán jurar en hebreo por
no poder abrir las ventanas sin llevar en la mano un matamoscas, o llenar la
casa de insecticida y andar por ahí con máscara antigás como si estuviéramos en
alerta de guerra. Porque se nos llena la casa de esos kamikazes voladores y
sufrimos mil y una picaduras. Además son unos cobardes, porque nos atacan con
nocturnidad y alevosía, aprovechando la oscuridad de nuestro periodo de
ronquidos. Y si estás despierto es peor, porque les oyes zumbar en la oscuridad
y sientes sus ataques en oleada, provocándote hasta miedo, y terminas por
taparte entero con las sábanas cuando más calor estás pasando…
Por otro lado, nos trae otra plaga
animal, tan agobiante como la de los insectos: los Turistas, así con mayúscula.
Es cierto que muchos nos visitan durante todo el año, pero en verano… son
capaces de traerse incluso al vecino y se multiplican a lo bestia de manera
exponencial. Se les puede distinguir claramente del resto de la gente por la
alegría que llevan dibujada en la cara, y porque van parando a todo el mundo
preguntando por tal o cual dirección. Pero no todos son iguales, no… hay muchos
tipos de turistas según su manera de disfrutar de las vacaciones.
El más común es el Turista Kodak,
fácilmente reconocible por llevar siempre a mano, o simplemente colgada del
cuello, una cámara de fotos, que puede
variar según sus posibilidades adquisitivas, pero que es indispensable para que
dicho personaje pueda disfrutar de sus vacaciones, hasta tal punto, que no son
capaces de salir de casa sin su amada cámara. En algunos países, sobre todo en
los orientales, no te puedes considerar turista si no tienes cámara, así que
todos los turistas orientales son Turista Kodak de nacimiento. De hecho, su
regalo de bautismo es una cámara, que guardan como oro en paño hasta que son
capaces de usarla sin ayuda de un adulto, lo cual suele producirse a los dos ó
tres años como muy tarde…
Otra clase bastante amplia, es el
Turista Religioso, incansable en su empeño de visitar todas las casas que Dios
tiene repartidas por el mundo. Si bien es verdad, que también suelen visitar
otros monumentos y lugares emblemáticos, no se van de su destino vacacional sin
haber visitado todas las iglesias y lugares sagrados. Muchos de ellos, incluso
orientan sus vacaciones a dichos lugares sagrados, aunque en esos sitios no
haya absolutamente nada más que ver, y son tales las peregrinaciones, que en
esas ciudades ya tienen asumido que si quieren tranquilidad tendrán que irse a
una isla desierta. A diferencia de los demás turistas, el religioso se mueve en
cualquier época del año… porque como sólo visita lugares cerrados…
Tenemos también al conocido como
Turista Alcohólico, suelen ser jóvenes menores de 25 años, con alguna excepción,
y a quien nos podemos encontrar en grandes grupos, sentados en el suelo de
cualquier plaza o desbordando las mesas de cualquier terraza. Pero eso si, son
una especie nocturna y siempre se deja ver a partir de media tarde, antes sólo
duerme, e incrementa su actividad a medida que va oscureciendo. A estos, por lo
general, sólo les interesan los monumentos de carne y hueso, y además por
comodidad esperan sentados a que pasen por delante de ellos, moviéndose sólo
para recargar el vaso, o en su defecto, para cambiar de establecimiento.
En verano, y únicamente en verano, nos
podemos encontrar también con el llamado Turista Desprotegido, llamado así por
su poca afición a usar protección solar, y conocido también con el pseudónimo
de Turista Cangrejo. Se les conoce con ése segundo sobrenombre, por el extraño
y exagerado color rojizo de su piel, aunque no adquieren dicha tonalidad hasta
llevar una hora en la playa, lugar donde los podemos observar tumbados, bien
boca arriba o bien boca abajo, sin que ni siquiera se inmuten. Generalmente son
nativos de países fríos o de ciudades donde no hay playas, con lo que
aprovechan todo lo que pueden. Capaces de aguantar largas horas bajo el sol,
sólo se incorporan de sus toallas un par de veces al día para ingerir alimentos
y refrescarse...
Existe también un tipo de turista,
difícil de ver en ciudades grandes, ya que su hábitat natural suele ser el
campo, conocido como el Turista Caracol. Llamado así por su fuerza
sobrenatural, suele llevarse la casa encima de sus hombros y colgada a los
laterales de su bicicleta, o en el caso de los más débiles, de su motocicleta o
caravana. Tienen la ventaja sobre las demás especies, de no necesitar una
reserva ni de tener que pagarse un hotel, pero al mismo tiempo, la desventaja
de que les coja una tormenta sin previo aviso. También se les llama Turista
Caracol, porque cuando terminan las vacaciones, suele llegar a casa
arrastrándose por todo lo que ha pedaleado.
No debemos olvidarnos del Turista
Veloz, que más que de vacaciones, parece que está participando en un concurso
de a ver quién ve más cosas en el menor tiempo posible. Estos suelen aparecer
en grupos organizados, y lo hacen así, para que mientras unos ven una cosa, los
otros hacen cola para ver otra guardándose el sitio mutuamente. Apenas hacen
paradas para descansar y se desplazan en autobús de un lugar a otro, comen
bocadillos en el mismo autobús, y si el susodicho autobús tiene baño… pues
también hacen sus necesidades en él.
Y por último, y no por ello menos
importante, si no todo lo contrario, ya que es el más completo de su especie,
nos encontramos con el Turista Vocacional. Su nombre proviene del término
Vacacional, y debido a su polivalencia puede llegar incluso a pasar
desapercibido entre cualquiera de nosotros. Capaz de comportarse como
cualquiera de las demás especies de Turistas, puede que incluso no sepamos
encasillarle, y aunque es difícil que adquiera el color rojizo del Turista
Cangrejo, si nos fijamos en él
detenidamente, veremos que a veces lleva cámara, que de vez en cuando entra en
una iglesia, para más tarde salir de ella y sentarse en una terraza a tomarse
unas cañitas, y a cualquier hora del día, si hay playa en la ciudad en cuestión,
darse un baño para refrescarse.
Pues por lo que describes, yo soy Vocacional (si es que vas a hacer algún ranking con nuestras respuestas, que a lo mejor se te ha ocurrido ;) )
ResponderEliminarMe encanta entrar a iglesias, subir a las torres más altas, aunque no me den ningún título acreditativo), visitar museos...y también terrazas de bares, restaurantes, mercadillos...algún rato de playa, es divertido distinguir a los guiris desde muchos metros, por el color fucsia de la piel ,y por los calcetines grises con sandalias XDDDDD
¿Sabías que el turismo que más dinero mueve ahora es el chino? Pues sí. Poco a poco van dominando el mundo hasta en esos niveles...
¡Me ha gustado mucho!
Feliz verano....
Me dejo el principal motivo de mi comentario...
ResponderEliminar¿en qué heladería trabaja Carmen ahora?
Jatz Me, entonces si eres Turista Vocacional eres un turista muy completo. Pero no es de extrañar que los chinos sean los que más dinero mueven, siendo tantos como son...
ResponderEliminarLa heladería se llama "El Cucurucho", donde se come poco y se lame mucho...
Saludos.
Ojo, que no es porque sean muchos. Sino que el gasto por persona es mayor. Los chinos que vienen de vacaciones se dejan una pasta, no vienen con la comida de casa (aunque luego comen en restaurantes chinos, cosa que no entiendo)
EliminarUy, pues yo de esa última especie sí que los e visto; es más, he visto oriental cangrejo y alcohólico todo junto.
ResponderEliminarTodos estos turistas los juntas y es lo mismo que piensan los residentes de Magaluz. Lo tienen todo.
ResponderEliminarUn saludo
Jatz Me, eso tiene su lógica. Gastan más porque están todo el día trabajando...
ResponderEliminarSaludos.
B., es posible, pero sería la excepción que confirma la regla...
Besos.
José F., cierto, esos lo tienen todo. Aunque empiezo a pensar en que en vez de turistas, son locos fugados de algún manicomio cercano...
Saludos.
Una estupenda relación de quienes nos visitan. Entre los Turistas Borrachos hay una sub-especie bastante molesta: el turista suicida, que se dedica a tirarse por las ventanas para disgusto de los vecinos.
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