¿Y tu mesa?

En cierta ocasión, no me pregunten cuándo porque intentar recordarlo me supondría un tremendo esfuerzo que no estoy dispuesto a realizar, alguien me dijo: “Mesa desordenada, equivale a una mente desordenada…”. A diferencia del “cuándo”, la incógnita del porqué de dicha frase se la pueden imaginar perfectamente.

Reflexioné sobre ello. En silencio por supuesto, de lo contrario, no sólo no estaría reflexionando, sino que además parecería un completo idiota hablando sólo. Tras mucho meditar sobre el tema en cuestión, y aparte de sentir un ligero dolor de cabeza, llegué a una curiosa conclusión: ¿Y cuando la mesa está vacía?...

No quiero ser agorero, pero si la frase con la que intentaron dejarme en evidencia refleja la realidad, y basándome en la conclusión a la que llegué finalmente, le aconsejo que llene su mesa de papeles y otros utensilios varios aunque estos carezcan de utilidad alguna. Ponga un sacapuntas aquí, un montoncito de papeles allí, en la otra esquina un montón de bolígrafos sin tapa, las tapas en la otra esquina, una grapadora en el centro, otro montón de papeles a la derecha de la grapadora, y si quiere, una taza de café en la línea de tres cuartos, vacía por supuesto… (La taza quiero decir, la línea de tres cuartos… a la mitad…).

Seguramente le llamarán desordenado, sí, pero nadie le podrá insinuar nunca que su mente está vacía. Le podrán reprochar que su mente sea como mi garaje,… o como mi mesita de noche, pero nunca pondrán en duda si su cabeza está llena de aire. No intente ordenarla, si está en ese estado es por algo. Todo tiene un porqué aunque no sepamos porqué.

La mayoría de las veces, cuando intentamos ordenar las cosas, terminamos por perder algo y nos cuesta un riñón volver a encontrarlo…, porque siempre termina debajo del sofá. Es preferible encontrarse permanentemente inmerso en ese estado de orden desordenado en el que siempre encontramos lo que necesitamos… Además, siempre podrá poner la disculpa de que no tiene tiempo de ordenarlo, al mismo tiempo que prevalecerá la idea de que allí dentro hay actividad… aunque dicha actividad sea una actividad muy lúdica y algo pasiva.

Dicho esto, también es posible que nos encontremos en el caso opuesto, nunca se sabe y nadie está libre de ello, y resulte que efectivamente su mesa esté vacía, o cambiando el orden, que su mente no sea efectiva. O que esté vacía su mente efectivamente… Si se encuentra en esa situación no haga nada por evitarlo. No cometa ninguna tontería intentando llenarla de ideas que nunca usará, o lo que es peor, que nunca entenderá. Se lo digo por propia experiencia, intentar aprenderse la guía telefónica no sirve para nada, ni siquiera la de su propia comunidad autónoma, ya que seguramente nunca necesite marcar el teléfono de Escayolas Benito… Es mejor no hacer nada y esperar a que pase el tiempo, así no tendrá ideas tan absurdas como las que yo estoy escribiendo…

Y bueno…, terminando que es gerundio, o eso dicen por ahí… Esto… ¿alguien vio mi bolígrafo azul?... El de punta fina…