24 de noviembre de 2014

Indignado...

Esto es un blog de humor. O al menos intenta serlo…

Pero en algunas ocasiones, deja de serlo momentáneamente, para reflejar algún otro tipo de sentimiento. En este caso, ha sido la indignación quien me ha llevado a escribir algo que se sale de la naturaleza de éste blog. Y éste sentimiento, el de indignación, ha nacido tras leer el post del amigo “Sí, Bwana”, propietario y escritor del blog El blog del Bwana (lugar que les recomiendo encarecidamente).

El post en cuestión, el que ha conseguido indignarme, habla de la increíble noticia publicada en El País, acerca de que los hijos de la Gran Bretaña, más concretamente los mandamases de Londres, han decidido colocar pinchos en los suelos de portales y demás repisas de aceras, en las que acostumbran a sentarse y tumbarse los diferentes indigentes que pululan por las calles de Londres. Pero como todos sabemos, no es sólo un problema de Londres, si no que es un problema que existe en todas las ciudades del mundo.



No sé qué pensará usted al respecto, pero a mí, se me encoge el corazón cada vez que veo a alguien durmiendo en un banco o… en el suelo de cualquier lugar de cualquier ciudad. Sin embargo, ésta gente, tan bien acomodada ella, la única solución que se les ocurre, es ponerles pinchos a su “colchón”, en lugar de construir unos albergues en condiciones en los que esta pobre gente, al menos, pueda dormir. Seguramente, ni usted ni yo podamos hacer gran cosa para solucionar el problema. Pero ellos sí. Son ellos, los que tan bien acomodados están, los que tienen la solución, y por eso me indigna aún más que sean ellos quienes más se quejan.

Posiblemente, sea porque no vean en ello un problema, sino simplemente un fastidio y una incomodidad para ellos mismos y su inmaculada y estirada imagen de millonetis, y que lo único que intentan evitar con ésta medida es que, al recibir visitas en sus lujosos pisos céntricos, sus visitantes no se encuentren con alguien durmiendo en su portal dañando irremediablemente… su inmaculada y estirada imagen de millonetis. Completamente patético.

Es casi seguro, que ni usted ni yo, lleguemos a gobernar este país. Y casi me atrevería a afirmar, que no gobernaremos ningún otro país. Pero en el remotísimo caso de que llegara a hacerlo, intentaría instaurar una ley que obligara a toda esta gente, a los millonetis, a que aportaran cierta cantidad mensual para la construcción y mantenimiento de albergues para la gente menos favorecida, mantenimiento que, dicho sea de paso, supondría puestos de trabajo para mucha gente que actualmente no tiene trabajo.


Personalmente, no me importaría en absoluto que, una parte de mis impuestos, se destinara a tal medida. A usted tampoco ¿verdad? Lo imaginaba. Después de aguantarnos que, de nuestros mismos impuestos, se le hayan regalado 30.000 millones a los eficientes banqueros… ¿cómo nos va a importar que lo empleen para los indigentes?... 



19 de noviembre de 2014

Whiskypedia

Capítulo 5. El Perroflauta.


A estas alturas, más o menos todo el mundo sabe ya lo que significa el término “perroflauta”. Curiosamente, no se trata de ningún perro ni de ninguna flauta. Ni siquiera se trata de un perro en forma de flauta (como el que ilustra la imagen), ni ninguna flauta en forma de perro (como el que ilustra la misma imagen)…



Pero… ¿cuál es el origen de dicho término? ¿Son todos iguales? Vayamos por partes, no se me amontone que nos estressamos y eso no es bueno…

Para llegar hasta el origen del término “perroflauta”, deberíamos llegar hasta el origen del perroflauta, valga la redundancia. ¿Y cuál es su origen? Pues mire usted, el caso no tiene tanto misterio como uno podría imaginar, ya que el “perroflauta” desciende directamente del “hippie”.

Aunque algo más moderno, el perroflauta heredó las mismas costumbres de sus antecesores, tanto las buenas como las malas. Entre sus buenas costumbres, destacan el ahorro de agua, la solidaridad (cediendo su puesto de trabajo a alguien que pueda aprovecharlo mejor), nuevamente el ahorro (en este caso monetario, por seguir usando la misma ropa que heredaron de sus antecesores) y, como no, el inconformismo (no necesitan que les animen para protestar por todo). Entre sus malas costumbres… podemos incluir las mismas citadas anteriormente. También heredó de sus antepasados, el desinteresado ofrecimiento de "amor libre", pero transformándolo sustancialmente hasta convertirlo en "odio libre", aunque en este caso, bastante interesado.

Pero, al igual que sucede en todos los ámbitos de la vida, los perroflautas no son todos iguales, y existen dos tipos: el perroflauta de imagen y el perroflauta de actitud. Como seguramente ya haya deducido, el perroflauta de imagen, aunque tiene apariencia de perroflauta, suele comportarse como una persona normal, incluso, escúcheme bien, hasta tiene trabajo, sólo que, vaya usted a saber porqué, se identifica y gusta de llevar ese look desaliñado, sin aceite ni vinagre…, tanto que a veces podemos llegar a confundirle con un perroflauta total.

El perroflauta de actitud, por el contrario, no sólo tiene imagen de perroflauta, si no que además se comporta como tal en toda su extensión, con todas y cada una de sus buenas y malas costumbres, dedicándose a ello en cuerpo y alma, porque… para eso es un perroflauta.

Claro que, también existe el perroflauta de actitud que no lleva el look de perroflauta. Este es el tipo de perroflauta más difícil de identificar, y podría pasar completamente desapercibido entre las masas, ya que puede actuar con look de pijo, con look de obrero… o con look de yupi, pero teniendo una completa actitud de perroflauta, resultando bastante dañino para todo el que le rodea, más que nada… por tenernos engañados.


Podría contaros más cosas sobre los perroflautas, pero para eso ya está la wikipedia.



10 de noviembre de 2014

Uno para Canarias...

-¡Hola! Soy el senador “fulanito de tal” y quiero un billete para Canarias.

-Muy bien. Lo quiere en primera clase o en turista…

-¡Señorita! Ya le he dicho que soy senador. Qué clase de senador viajaría en turista…

-Lo siento, que sea en primera clase…



Una conversación como ésta, podría haberla escuchado usted en cualquier aeropuerto de nuestra geografía, si hubiera tenido la suerte de estar en la cola, justo detrás del senador “fulanito de tal” y hubiera prestado la atención suficiente. O bien, si hubiera sido usted la señorita que le atendió, detrás del mostrador de expedición de billetes. Claro que en ese caso, habría sido inevitable que usted le prestara atención, dado que el senador “fulanito de tal” se estaría dirigiendo directamente a usted.  Por lo que se ve, es una práctica habitual en nuestro país, desde que la pusiera de moda un tal Cristóbal Colón, presentándose en los morros de los Reyes Católicos solicitándoles tuvieran a bien financiarle un viaje a las Américas…

Y esa conversación del senador “fulanito de tal” y la señorita, que se sepa, se repitió al menos otras 31 veces. Y digo que se sepa, porque vaya usted a saber si el senador “fulanito de tal” no viajó alguna vez más de incógnito. Vamos, que en los aeropuertos de Canarias, pusieron un cartel que decía: “Bienvenido a Las Canarias senador “fulanito de tal”.

Yo no entiendo mucho de matemáticas, pero viajar 32 veces al mismo lugar en tan sólo 15 meses, me parecen demasiadas veces. Demasiadas veces para viajes de negocios y, sobre todo, demasiadas veces para hacer turismo. Le aseguro que Las Canarias no son tan grandes como para necesitar 32 viajes para verlas. Creo que con tres o cuatro veces bastarían. ¿Estamos de acuerdo?..., lo suponía. Pues si descartamos el turismo (por las razones antes expuestas) y los negocios, como motivos de dichos viajes… ¿cuál es el verdadero motivo?

Las malas lenguas (no sé cuáles pero malas desde luego), afirman que el noble motivo de dichos viajes, no era otro que el de visitar a su novia…(o novio, vaya usted a saber), y yo no salgo de mi asombro. Porque no me dirán, que no resulta extraño que todo un senador de 48 añitos de edad, siga visitando a su novia (o novio, vaya usted a saber) cual muchachito encoñado de 20 años que va a cenar a casa de sus “futuros suegros” dos o tres veces al mes… Si éste fuera el verdadero motivo de los viajes, sólo me queda pedirle al senador “fulanito de tal”, que se alquile una señorita de compañía (o señorito de compañía), aquí en la Península Ibérica, y así nos ahorraría un pellizco a todos los españoles. Sí, quizás quebraría Iberia, pero alquien tendría que perder.

Sin embargo, yo me inclino más a pensar que el motivo de los viajes, al igual que insinuara don Cristóbal Colón, era el “comercio”, también llamado contrabando. Y dado que al susodicho senador, nunca se le viera portando una bolsa de plátanos… deberíamos pensar que el verdadero motivo de los viajes, son los estupefacientes, a los que, además, el senador “fulanito de tal”, ha demostrado ser un asiduo consumidor, al declarar, !cinco años después!, que devolverá todo el dinero de sus viajes al senado, tras haber afirmado anteriormente,

que el se paga todos sus viajes de su bolsillo… Usted me dirá, o estaba drogado, o tiene un bolsillo en el pantalón de cada español.

Y no sólo nos ha estafado dinero, también nos ha estafado tiempo, porque ya me contará usted cómo es posible que, viajando 32 veces a Canarias pueda uno cumplir con su jornada laboral…



Pd.: Conozco perfectamente el nombre del susodicho senador, pero le llamo “fulanito de tal”… porque es un innombrable.



3 de noviembre de 2014

Sólo cuatro días...

Ya llegó Noviembre.

Y ya pasó Halloween, así que ya puede quitarse la careta y el disfraz que lleva y… ¿cómo dice? Que… ah!... no es una careta… 
Pues, esto… yo, no sé qué decir… cómo habré podido malinterpretar su cara…

Disculpe, no se enfade, no sé en qué estaría pensando. El caso es que, claro, ahora que he metido la pata, igual no es el mejor momento para pedirle que me vote en los premios Bitácoras, pero es que ya sólo quedan cuatro días para votar y… 

Ya, lo entiendo. Entiendo que no tenga humor para ello después de… de este malentendido. Pero si me vota en los Premios Bitácoras, en la categoría Mejor Blog de Humor y Entretenimiento le aseguro que… 

Ya, ya, ya sé que no tiene gracia, pero le aseguro que esas arrugas parecen reales. Con la verruga esa ya tenía mis dudas, pero ¿quién no ha tenido alguna vez una verruga?... Quizás no tan grande como la suya, pero una verruga al fin y al cabo…

Y si mira la clasificación verá que estoy en el puesto nº 15:


Así que si me vota, quién sabe, es posible que suba algún puesto y… 

Vale, si ya le he dicho que lo siento… Además, a mi interpretación de su cara no le ha ayudado absolutamente nada el hecho de que sea usted tan pálido. He visto albinos con la piel más morena que usted. Ni tampoco me ayuda el hecho de que su joroba parezca artificial. De hecho, con todo lo que se mueve parece que la lleva usted colgando. Por cierto… ¿me deja sobar la clasificación impresa por su joroba? Dicen que trae buena suerte y…



Vaya, pues no va el tío y se larga sin decir ni adiós… ¡Maleducado!...


Pd.: Nuevo mes, nueva chica del mes... Y esta creo que no lleva ningún disfraz...