Seguramente todos los blogueros que escriban un post en el día de hoy, lo harán porque tengan algo interesante que escribir…
Yo no. No se equivoque, no se trata de que no tenga nada interesante que escribir, de hecho nunca lo tengo, pero nada de lo que se me ocurre tiene gracia, y como esto es, en teoría, un blog de humor, mejor no escribirlo. Con tales argumentos, se preguntará entonces qué demonios hago escribiendo… Bien, no le falta razón, pero… ¿no ha sentido nunca el impulso de escribir algo por necesidad por muy incoherente que sea lo que va a escribir?... Yo sí. Y si no se lo cree, basta con que le eche un vistazo al archivo de este blog para confirmarlo (no, esto no es publicidad subliminal para que se pierda leyendo post antiguos ni nada que se le parezca…).
Y si esa necesidad de escribir me asalta con bastante frecuencia en días normales, días que no son en absoluto especiales, es perfectamente comprensible y resulta inevitable que me suceda en un día como hoy. Sí, ya sé que puede parecer un miércoles como otro cualquiera, pero por si aún no se ha dado cuenta, el calendario dice que hoy es veintinueve de Febrero… con todo lo que ello conlleva…
Es un día que, mientras que nadie lo remedie, sólo podemos disfrutar cada cuatro años, demasiado poco como para desperdiciar la oportunidad de escribir algo que quede grabado con esa fecha para la posteridad. Esa es la única y exclusiva razón por la que ahora me encuentro escribiendo todas estas tonterías… y de que usted lo esté leyendo.
Y debo reconocer, que es un día que no me gusta nada, básicamente porque lo único para lo que sirve es para retrasar un día el cobro de la nómina. Cualquier otro año hoy sería uno de Marzo, pero este año aún no ha llegado el primer día de mes… Juzgue usted si dicho retraso es digno de cabreo o no, haya cada cual… No está en mis manos que usted cobre antes…
Pero si está dentro de mis capacidades, aprovechar tal circunstancia para, ya que cualquier otro año hoy sería uno de Marzo, el decir aquello de… Nuevo mes, nueva chica del mes…