En este preciso momento, en cualquier lugar del mundo, un
hombre estará intentando abrir una puerta. Y seguramente también una mujer esté
haciendo lo mismo en otro lugar… Y digo que lo están intentando, porque no
siempre se consigue…
Lo consigan o no, lo que está claro es que ambos lo intentan
porque tienen alguna razón que les impulsa a hacerlo. Las razones pueden ser
muy variadas y es posible, sólo posible, que algunas de esas razones sean muy
distintas. Sin embargo, estoy seguro de que ambos coinciden en la razón
principal que les motiva a abrir la puerta. Lo sé perfectamente. Y usted
también lo sabe, aunque ni siquiera se haya parado a pensarlo. Sí, eso es, la
principal razón de que ambos estén intentando abrir la puerta, es que dicha
puerta está cerrada…
Coincidirá conmigo en que resulta bastante difícil intentar
abrir una puerta si no está cerrada. O mejor dicho, lo que resulta difícil, si
la puerta no está cerrada, es conseguir abrirla, intentarlo es bastante fácil,
absurdo, pero fácil, se lo aseguro. De hecho, yo mismo, que no soy nada
especial, siempre que he visto una puerta abierta, he conseguido intentar
abrirla. Claro que, finalmente, sólo he conseguido abrirla un poco más de lo
que ya estaba…
Ahora bien, llegados a este punto, y antes de seguir
quemando inútilmente neuronas sobre el tema, deberíamos aclarar una cuestión
verdaderamente importante: ¿Realmente cuando abrimos o cerramos una puerta,
estamos abriendo o cerrando una puerta?...
Sí, ya lo sé, es lo que se dice, y siempre nos referimos en
los términos “abrimos la puerta”, cada vez que vamos a entrar en una habitación
o un edificio cualquiera. Sobre todo cuando “creemos” que la puerta está
cerrada. Sin embargo… ¿es la puerta quien está cerrada… o es la habitación, o
edificio cualquiera, quien está cerrado?...
Ese es el quid de la cuestión, en realidad es la habitación
la que está cerrada, y la puerta, simplemente, se encuentra en una posición en
la que está tapando el único hueco que hay para entrar en dicha habitación.
Vale, sí, también dicha habitación o edificio cualquiera, puede tener otro
hueco en forma de ventana, y usted también tendrá la alternativa de intentar
entrar en la habitación por la ventana, pero para eso tendría que abrir la
habitación por el hueco de la ventana. Aunque no sé porque quiere usted
intentar entrar por el hueco de la ventana pudiendo entrar tranquilamente por
el hueco que tapa la puerta como hace todo el mundo. Bueno, vale, si no
consigue abrir la habitación por el hueco de la puerta, es lógico que intente
abrirla por el hueco de la ventana, pero créame, las ventanas, por norma
general, suelen abrirse… perdón, quiero decir que las habitaciones, o edificios
cualesquiera, suelen abrirse por el hueco de la ventana desde dentro, y usted
está fuera de la habitación, así que la única opción que tendría para abrir la
habitación, o edificio cualquiera, desde fuera sería romper la ventana….¿Cómo
que no está fuera de la habitación? Entonces, si está dentro de la habitación ¿para
qué quiere entrar en la habitación?... ¿De verdad cree que puede entrar en la
habitación estando dentro de la habitación?...
En fin, volvamos al principio… En este preciso momento, un
hombre o una mujer, en cualquier lugar del mundo, intenta abrir una habitación,
o edificio cualquiera, por el hueco que hay en la puerta…