20 de junio de 2012

¿Qué es ser normal?


¿Qué es ser normal?... Una buena pregunta.

Voy a ser sincero, no sé lo que es ser normal. Podría decir que ser normal, es ser lo contrario de anormal…, pero seguro que usted también lo ha pensado, así que no me cubriría de gloria con tal afirmación.

Lo que sí sé, es que ser normal, individualmente hablando, es relativo porque cada uno tiene su propia normalidad. Seguramente sus parámetros de normalidad sean diferentes a los míos. Y además, me atrevo a afirmar que, casi con total seguridad, ambos parámetros de normalidad sean completamente… normales.

Por poner un ejemplo, si usted es una persona de “vida laboral distraída”, lo que vulgarmente se conoce como “vividor”, seguramente considerará normal estar medio día tirado en el sofá viendo culebrones. O levantarse de la cama a las doce del mediodía sólo para ir al bar de la esquina a tomar unas cañas… No se me enfade, sólo era un ejemplo, a mí también me parecería normal, e incluso lo haría, si tuviera una vida laboral distraída.

Otro ejemplo sería el caso contrario, que fuera usted un individuo con una “vida laboral absorbente”, más vulgarmente conocido como “currante empedernido”. En ese supuesto, seguramente le parecerá normal levantarse a las seis de la mañana, desayunar en el trabajo, comer en el trabajo, merendar en el trabajo… y salir a las once de la noche para cenar en casa porque ya se han terminado los sándwiches de la cafetería de la esquina…

Desde luego a mi no me parece normal ninguno de los dos supuestos, y sin embargo, ello no significa que yo sea normal. Seguramente habrá algo en mí que no sea normal, que yo no detecte porque lo consideraré normal, pero que usted sí que lo detecte y no lo considere normal… ¿Cómo dice?... No, mire usted, ser calvo no es algo que se salga de lo normal, la alopecia es algo más normal de lo que usted piensa, y si no se lo creé mire a su alrededor…

Y lo mismo sucede con los gustos particulares de cada uno. Para gustos se hicieron los colores, y cualquier preferencia será considerada como normal dependiendo de cada individuo. Es posible que a usted le parezca normal lamer bombillas, pero a mí me parece peligroso, sobre todo si pasa la lengua justo después de que haya estado encendida. Es mejor que espere a que se enfríe o no le sacará ningún gusto…

Sin embargo, en un ámbito más general, sí que podemos establecer unos parámetros de normalidad que sean algo más comunes en todos los individuos. Así, podemos afirmar que una persona normal trabaja ocho horas, duerme otras ocho, y las ocho horas restantes, hace lo que puede… o lo que le dejan hacer. Y lo consideramos normal, solamente porque es lo que suele hacer la mayoría.

En realidad, que algo o alguien sea normal o no, está marcado por el hecho de que las características de ese algo o ese alguien, sean una variable o por el contrario sean una constante dentro de un grupo. Si reunimos un grupo de “currantes empedernidos”, y metemos entre ellos a dos “vividores”, podremos apreciar claramente quienes son los “normales” (constante) y quienes son… linchados (variable).

Como puede apreciar, la normalidad es menos normal de lo que parece… normalmente.





11 de junio de 2012

Frase.


J. Vela, en su blog “Llibreertat”, me lanza un pequeño reto.

Y como a mí me gustan los retos, sobre todo los retos blogueros, que no requieren poner en peligro la integridad física de nadie (aunque la integridad mental sí que corre peligro…), doy un paso al frente y respondo a ello cortésmente. El reto consiste en escribir una frase que recordamos especialmente, por el motivo que sea, y relatar una anécdota que hayamos vivido en referencia a dicha frase.

Mi frase es la siguiente: “Una cosa es lo que piensa el borracho y otra bien distinta es lo que piensa el tabernero”… (Mi padre). Bueno, él la decía siempre, pero seguramente ya era una frase hecha. El caso es que al primero que se la escuché fue a mi padre de pequeñito. De pequeñito yo, mi padre ya era mayor… y se me quedó grabada.

Así a simple vista, la frase puede parecer una inmensa chorrada, pero nada más lejos de la realidad. Simplifica bastante bien lo que supone tener diferentes opiniones, dependiendo de la situación en la que se encuentre cada individuo.

Yo, además, amplío la frase y digo: “…y puede que los dos tengan razón, o que ninguno la tenga, y puede que sí que tenga razón un tercer espontáneo que lo vea todo desde un punto de vista imparcial…”.

Por supuesto, no hace falta decirlo, es aplicable a cualquier ámbito de la vida, policía-ladrón, político-votante, madridista-culé,… jefe-empleado. En todos los ámbitos habidos y por haber, existe la diferencia de opinión. Y todo por el mero hecho de tener diferentes objetivos y por lo tanto diferentes opiniones “interesadas”.

No voy a relatar ninguna anécdota que me haya sucedido sobre esta frase, porque, aunque las haya vivido, creo que lo que mejor demuestra su significado es mirar el discurrir cotidiano de la vida. Si nos detenemos un poco a observar, en ella veremos mil ejemplos cada día aunque uno no haya sido tabernero… porque seguramente sí que habrá sido borracho. Cómo que no…, no mienta, alguna vez seguro que lo ha sido…

No quiero comprometer a nadie a que se estruje el cerebro más de la cuenta, así que no nominaré a nadie en concreto, pero como reto que es, ahí os le dejo para que quien guste de hacerlo… lo haga.





5 de junio de 2012

Animalitos.


Capítulo 11. El Caracol.


Nuestro animalito de hoy, pasa por ser uno de los animales más curiosos, caracterizado con unas características de lo más peculiares. Tan peculiares que provocan que, cada vez que encontramos algo con alguna característica similar, pensemos en ellos como referente.

Características tales como su manera de desplazarse, utilizando contracciones de su cuerpo sobre el suelo, lo que vulgarmente se conoce como arrastrarse, lo cual provoca que se les llame “arrastrados”, y que inevitablemente pensemos en ellos cada vez que vemos a… un político.

Esa extraña manera de desplazarse, provoca además, que sea muy lento y en ningún caso sea capaz de superar el medio metro por hora, lo cual, además de ser desesperante para quien le acompañe en sus paseos, le convierte en uno de los animales más indefensos del planeta, al no poder escapar ni de si mismos… ¿Y quién no ha pensado alguna vez, al ver la lentitud de los caracoles, en la lentitud cerebral de… los políticos?...

Otra de sus características especiales, es su capacidad para adherirse a cualquier superficie y en cualquier ángulo. Se sirve para ello de una sustancia mucosa, que segrega de su más interno interior, que le facilita quedarse literalmente pegado allá por donde pasa. Por tal circunstancia, algunos desalmados les llaman babosos…  ¿Y quién al pensar en lo babosos que son los caracoles, no ha pensado… en políticos?

Además de todo eso, los caracoles, además de moluscos, son hermafroditas, y aunque podrían ponerse los cuernos a sí mismo y consigo mismo… ya los tienen puestos de nacimiento. No tan grandes como después de crecer, por supuesto los cuernos crecen como todas las partes de su cuerpo, pero nacen con ellos. ¿Y quién al pensar en los cuernos de un caracol, no ha pensado alguna vez en cuántos cuernos habrán puesto… los políticos para llegar a donde han llegado?...

Pero si hay algo que caracteriza a los caracoles, como a todo buen molusco que se precie, sin duda alguna es el llevar siempre la casa a cuestas, lo cual le proporciona un ahorro considerable en alarmas antirrobo. Seguramente sirvió de fuente de inspiración a quien inventó la auto-caravana, que vio en el caracol un modelo a seguir de viajero compulsivo. Sí, también he pensado en todo lo que se llevan con ellos los políticos…

Por alguna extraña razón, cada vez que veo un caracol, pienso en los políticos…

Podría contaros más cosas sobre los caracoles, pero eso… que lo hagan los de National Geographic… 


3 de junio de 2012

El vídeo del Domingo.

Hacía ya tiempo que tenía ganas de poner este vídeo, así que no voy a demorarlo más. 

Un tema de los de toda la vida, del genio Ben E. King. Seguro que todos conocéis esta canción. Encabezó la banda sonora de la película del mismo título, en un disco totalmente recomendable en su conjunto. Fue uno de los regalos de mi diecinueve cumpleaños en vinilo. 

También recomiendo la película. Una manera como otra cualquiera de volver a la infancia... Espero que os guste.