27 de abril de 2011

100


Tengo 100 seguidores…



¡Bien! Qué quiere que le diga, ni siquiera sé cómo pasó. Yo no hice nada para llegar hasta ahí. Y yo soy el primer sorprendido. De repente la gente empezó a apuntarse en ese cuadradito en el que pone “seguir”, como si se apuntaran a la cola del paro. Y me siguen… aún sin saber hacia dónde voy. Pero yo no voy a darles subsidio…

Claro, el tema en cuestión no le da la risa a usted porque acaba de llegar, pero lo habría hecho si hubiera estado aquí hace cuatro años cuando levanté el telón, y le hubieran dicho que algún día llegaría a ver en ese recuadrito el número 100, o sea, diez decenas de unidad, o diez unidades multiplicadas por otras diez unidades, o lo que es lo mismo: la unidad seguida de ceros. Total… ya puestos a seguir, que me sigan también los ceros, pero a la derecha, que a la izquierda no suman. Y lo digo sin tinte político.

Bueno, a mi no me da la risa porque soy muy serio. Pero si fuera graciosillo me habría partido el pecho con semejante pronóstico. Vamos, como si alguien me dijera hoy, que la Gimnástica de Torrelavega (equipo de mi pueblo), ganará la Champions League en 2018, o en 2039 que es igual de ilusorio… O si me dicen hoy que algún día llegaré a los 200 seguidores… Pero el caso es que yo me siento como si efectivamente hubiera ganado tan prestigioso trofeo, qué quiere que le diga.

Por eso no le voy a decir que me dé igual no tener seguidores, no voy a ser hipócrita. Si hace un año, o año y medio, hubiera tenido cero seguidores seguramente habría dejado de escribir, me habría aburrido de hacerlo sólo para mí, porque eso rozaría el onanismo. Y creo que cualquiera haría lo mismo. Dejar de escribir, quiero decir, el onanismo es libre y es difícil que se deje.

Por mucho que uno empiece a escribir por diversión, satisfacción personal, o como quiera llamarlo, siempre se tiene la ilusión de que alguien lo lea, aunque sólo sea para corregirte y decirte lo mal que lo haces. Sin seguidores, un blog no tiene sentido, y trae más cuenta escribir un diario y guardarlo debajo de la almohada. O en el cajón, tampoco voy a decirle dónde lo tiene que guardar. Depende de lo cotilla que sea su parienta y el afecto que le tenga. Al diario, quiero decir.

En fin, supongo que me siguen porque es gratis, y en tiempo de crisis ya se sabe, se agarra con fuerza todo lo que no tiene precio…, pero lo que de verdad no tiene precio, es que magníficos blogueros se añadan a tu aventura y te lean una vez, y otra vez, y otra vez… La pena es que, por mucho que uno lo intente, resulte físicamente imposible responder a todos como se merecen…, aunque bueno, supongo que es algo que nos pasa a todos…

A todos, a los 100 más 1, gracias por alentar mis escritos… y por aguantarlos.



25 de abril de 2011

Mensaje.


En estos últimos días………..(pausa)…………., he estado algo despistado………….(pausa)……………, de la vida social bloguera…………..(pausa)…………..(toma de aire)……………… Pero ha sido por una causa……………… (pausa)…………………………. más o menos justificable …………… (pausa) …………….. …….……………… que me ha dejado agotado……………(nueva pausa)……………. y sin aire.(punto).

Prometo………………… (sí, pausa)………………….ahora que ya he terminado……………….(lo dicho)…… …… lo que tenía entre manos…………………(ya casi termino)……………………… o sea, ESTO……… (otra pausa)………………volver a mi ritmo bloguero habitual……………….(pausa más larga)……… …………..

Eso sí……………………(pausa)…………………… cuando zzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz……………….zzzzzzz zzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz……………………… Piiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii (este mensaje se autodestruirá en 5…….4……..3………2……..1……….ceBOOOOMMMM!!!!



Pd.: Que Dios nos pille confesados, pero no depilados…


15 de abril de 2011

Semos sociables...

Uno piensa que socializar es recomendable. Se puede sociabilizar de un modo más o menos sociable, y ser socialmente aceptado. Pero si usted es un sociópata, los sociólogos dirán que es completamente antisociable. Y además tener algún socio le resultará bastante complicado. Así somos los humanos.

Recurrir a “vista de compatibilidad” es una posible solución, aunque pocas veces vista, y es cuestión de tener vista e ingenio. Pero a pesar de todo, se vista como se vista, puede hacer daño a la vista…, salvo que hagan la vista gorda o le pierdan de vista… En ese caso, mejor póngase gafas y escóndase para ver sin ser visto.


Si se encuentra en esa situación, sitúese donde no se sienta sitiado, o cambie de sitio si la situación se lo permite. Camine por otro camino, y si es caminando deprisa mejor que mejor. Caminar ligero le vendrá bien para voltear la situación, así que dese una vuelta y después, vuelva por donde vuelva, camine despacio para que el camino quede grabado en su memoria, así una vez memorizado, podrá volver a caminarlo vuelva o no vuelva…

Aunque si vuelve demasiado pronto, es posible que no tenga tiempo de asimilar el tiempo que hace, haga demasiado calor y le dé una calentura de esas que le calientan a uno cuando uno no está caliente, y necesite aislarse en un lugar aislado con aislante y todo, donde no le moleste ningún otro ejemplar de la especie humana…

Porque la especie humana, es por encima de todo, exactamente eso, una especie que se encuentra espaciada en un espacio natural, porque necesita espaciarse, y que a veces para ello también se traslada al espacio exterior, porque la falta de espacio va a provocar que termine sintiéndose… espachurrada y con ganas de acudir a un spá natural de esos…

Esto… ¿de qué estaba hablando?... ¡Ah! Si,… ¿Han tocado alguna vez un piano en movimiento?... no me miren así, yo tampoco… ¿Qué se creen que soy?...




12 de abril de 2011

Animalitos.

Capítulo 8. El Perro.



El perro desciende del lobo. Bueno, dicha afirmación no creo que incluya a alguna de sus razas, como los Pekineses o los Chiguagua, de quienes aún no se sabe nada de sus antepasados. Las malas lenguas dicen que estos provienen de alguna especie de gato subdesarrollado, o súper desarrollada de roedor…, vaya usted a saber.

Dicen que es el mejor amigo del hombre, lo cual de ser cierto, no dice demasiado en su favor a la hora de elegir sus amistades. Y paradójicamente sus mayores enemigos son… los carteros. Se dice que dicha enemistad existe desde que un cartero le trajo malas noticias al Sr. Baskerville, y desde entonces, todos sus descendientes tratan de seguir la tradición… incluso aunque las noticias sean buenas.

Su carácter sumiso choca enormemente con su agresividad cuando la situación lo requiere. Algunas veces, incluso aunque la situación no lo requiera, son capaces de llegar a los dientes rompiendo pantalones y todo lo que se ponga a tiro de colmillo. Aunque en su favor hay que decir, que dicha agresividad, seguramente la hayan adquirido por pasar demasiado tiempo al lado del hombre, y es que todo se pega menos la hermosura…

En el arte del apareamiento, el Perro no tiene ningún prejuicio racial, y se trata de una especie que practica con devoción el “aquí te pillo, aquí te mato”, causando verdaderos dolores de cabeza a sus “mejores amigos” los dueños que, ante tal promiscuidad, termina optando por medidas drásticas, dándole un golpe bajo a la intención de procrear de su mascota. Sí, es verdaderamente injusto privar a tu “mejor amigo” de un placer del que nosotros mismos abusamos tanto… Bueno, el que puede.


Y es precisamente esa falta de prejuicios raciales, lo que ha provocado que existan tantas razas caninas y tan diferentes de Perros por todo el mundo, siendo una de las pocas especies, junto con las cucarachas y las moscas, que habitan en los cuatro continentes…, quiero decir en los cinco continentes. O en los seis. Es que ando mal en Astronomía. Quiero decir en matemáticas… A pesar de vivir en tantos países diferentes, todos ladran el mismo idioma: El Guau guau… Suelen empezar sus frases con un “guau” y las terminan con… otro “guau”. Sí, es un idioma bastante complejo…

Junto con el hombre, es la única especie que cuenta con psicópatas entre sus miembros, quiero decir entre sus componentes. Si a uno de ellos se le cruzan los cables, ya puedes echar a correr como si fueras un cartero y a ser posible en la dirección del viento, porque el perro, además de mover la cola a su antojo, goza del privilegio de un sentido del olfato prodigioso, y tanto es así, que cuando ven alguno de sus congéneres cerca, intentan reconocerlo minuciosamente oliendo su trasero… ¿Será que piensan con el culo?

Podría contaros muchas más cosas sobre los Perros, pero eso… que lo hagan los de National Geographic.



8 de abril de 2011

Elvis al Desnudo II.




Lo que son las cosas…

Hoy entrego un premio y de rebote me llegan dos. Bueno, en realidad son dos distinciones, porque yo no he hecho nada para lograrlo aparte de abrir un blog y “escribir” en él para que nadie me entienda, obsequio de Ana. Gracias Ana.

Y como condición para recibir tales distinciones (siempre hay letra pequeña…), debo responder a uno de esos memes que a nadie gusta pero que todo el mundo contesta. Ya respondí uno similar aquí, pero a diferencia de aquel, que había que responder una serie de preguntas concretas, éste consiste en escribir siete manías de libre elección… (siete, tenían que ser siete… con seis habría podido, pero siete…). Pero como yo soy tan abierto como un libro por la página 69, no tengo problemas en desnudarme (metafóricamente hablando… De lo otro tampoco…).

En fin, vamos allá y que sea lo que Dios quiera…

Primera. Tengo la manía de decir siempre que no tengo manías, así que me va a costar encontrar alguna más…

Segunda. Soy incapaz de ponerme los pantalones empezando por la pierna derecha… Soy capaz hasta de caerme si lo intento.

Tercera. Siempre duermo sin calzoncillos. Aunque con pijama, eso sí, pero nada debajo, me molesta un huevo. Quiero decir que me molesta mucho.

Cuarta. Soy incapaz de dormirme en la misma posición en la que me acuesto. Hasta que no cambio de posición no me duermo.

Quinta. Le tengo manía al viento. Prefiero que llueva a que haga viento. Siempre me molestó mucho despeinarme. Incluso ahora que no tengo pelo que se despeine me molesta muchísimo.

Sexta. Me limpio, allá donde la espalda pierde su casto nombre, siempre dos veces. Y las dos veces con la misma mano. Quiero decir que las dos veces paso el papel por allí con la misma mano, que nadie piense que no uso papel…

Séptima. Soy incapaz, pero incapaz del verbo incapaz, de comer un plato de alubias sin pan… Antes prefiero no comer.


Bueno, al final no ha sido tan difícil…

Ahora viene la segunda condición de la distinción (más letra pequeña). Que consiste… Sí, eso, lo habéis adivinado: le paso el marrón a otros siete blogueros. Lo siento chicos.

Estos son mis siete damnificados: Fer, Julio, Kamikaze, Meg, Novicia, El Guardian del Faro y Caarsa.












Las distinciones son vuestras.


Jugando a las películas. Solución.

En primer lugar, muchas gracias a todos los que han participado.

En segundo lugar, a ver si vemos más cine, o a ver si nos quedamos con lo que escuchamos en las películas, que no sirve para nada, lo sé, pero siempre queda bonito acordarse de alguna frase.

En fin, ahí van los resultados:

Película nº 1:  La guerra de los Rose.

Película nº 2:  El fuera de la ley.

Película nº 3:  Sueños de seductor.

Película nº 4:  El último Boy Scout.

Película nº 5:  Forrest Gump.

Bueno, salvo la número 5, que parece que todo el mundo la recuerda, en ello incluyo a los que comentaron en el primer post, lo demás ha dado para mucho... y no Brujotinto, ninguna era porno.

Los tres primeros clasificados y en orden de aparición han sido:

1º Clasificado con tres aciertos:  Ana. (Hoy mismo me pongo con lo que tengo pendiente...)

2º Clasificado con tres aciertos:  La pequeña Meg (Claro, con ese nick...)

3º Clasificado con dos aciertos:  S. (Lo siento mucho, te faltó una...)


Así que como las reglas las hago yo, me paso por el forro el desempate, y proclamo dos ganadoras. Meg y Ana, podéis recoger el distintivo y lucirlo como galardón en vuestro espacio. Mis felicitaciones a ambas.







Los demás, tendréis que esperar a una nueva edición.

Muchas gracias a todos por participar.


6 de abril de 2011

Jugando a las películas II

Quiero agradeceros el alto índice de participación en el juego de las películas, pero…dado que el gran número de participantes ha sido inversamente proporcional al número de aciertos (lo cual demuestra que, o bien no almacenáis datos inservibles en vuestro cerebro, o bien no veis las mismas películas que yo…), he decidido daros una pequeña ayudita en forma de pista. Al lado de cada frase colocaré el nombre del actor/actriz que la pronunció… Espero que eso sea suficiente. Eliminaré los comentarios del anterior post, así que podéis volver a dar vuestras respuestas en los comentarios de esta entrada. Suerte.



Número 1.
Conversación entre hombre y mujer:

Mujer: ¿Has follado alguna vez salvajemente? Katheleen Turner.
Hombre: ¿Acaso hay alguna otra manera de hacerlo? Danny de Vito.

Número 2.
Tipo duro: ¿Es usted cazador de recompensas? Clint Eastwood.
Tipo duro (pero menos): De alguna manera hay que vivir. Desconocido (de los que mueren al poco de decir su única frase en la película).
Tipo duro: Morir no es manera de vivir. Clint Eastwood. (éste no muere y puede seguir hablando).

Número 3.
Mujer: Escuchad lo que pone en el periódico: “Han violado a una mujer en Oakland”… Diane Keaton.
Hombre 2: ¡Yo nunca he estado en Oakland!... Woody Allen.

Número 4.
Hombre: Ya… Claro… Pasabas por aquí, te tropezaste y se la metiste a mi mujer… Bruce Willis.

Número 5.
Hombre: Puede que sea tonto, pero sé lo que es el amor… Tom Hanks (ésta la habéis acertado casi todos…).

A ver si así aumenta el número de aciertos, lo cual no es nada difícil…



Pd.: En caso de empate ganará quien antes haya enviado el comentario. Puede que sea injusto, pero… ¿quién ha dicho que la vida sea justa?.

Pd2.: Brujotinto, no, ninguna de esas películas es porno. ¿De verdad piensas que voy a recordar un diálogo de una película porno?...

Pd3.: Disculpen las molestias de tener que volver a comentar… Lo hago más que nada para que todos los comentarios estén en el mismo post.





4 de abril de 2011

Jugando a las películas.

Lo de los concursos está de moda. Aquí en internet digo. En cualquier blog se monta un concurso que amenice el tiempo a los lectores, y que al mismo tiempo, despierte su agudeza mental. Pues yo no voy a ser menos. Ni tampoco más.

Así que me invento un concurso popular muy facilito: Jugar a las películas. Les diré cinco frases pertenecientes a otras tantas películas y, como ya habrán adivinado, tendrán que decir a qué película pertenece. No son frases que hayan pasado a la historia del cine, tipo “tócala otra vez, Sam” (que además de en Casablanca, la pronuncian en “Las des apetencias sexuales de dos ninfómanas y su caballo percherón”…), pero sí son lo suficientemente buenas como para que se grabaran en mi mente (esa máquina de almacenar datos inservibles).

El ganador/a, se llevará el primer premio “Graceland”. Un premio honorífico, no se piensen que voy a regalar dinero así como así… Ante el riesgo de que nadie haga pleno, un riesgo más que real, ganará quien más acierte, porque no me gusta dejar premios desiertos, y menos siendo el primero. Por primera vez además, en este blog se moderarán los comentarios, más que nada para que nadie vea las respuestas de nadie y no haya opción de copiar, que todos somos muy cucos… El Viernes a estas horas, publicaré las respuestas. Ahí van las frases.

Número 1.

Conversación entre hombre y mujer:
Mujer: ¿Has follado alguna vez salvajemente?
Hombre: ¿Acaso hay alguna otra manera de hacerlo?

Número 2.

Tipo duro: ¿Es usted cazador de recompensas?
Tipo duro (pero menos): De alguna manera hay que vivir.
Tipo duro: Morir no es manera de vivir.

Número 3.

Hombre 1: Escuchad lo que pone en el periódico: “Han violado a una mujer en Oakland”…
Hombre 2: ¡Yo nunca he estado en Oakland!...

Número 4.

Hombre: Ya… Claro… Pasabas por aquí, te tropezaste y se la metiste a mi mujer…

Número 5.

Hombre: Puede que sea tonto, pero sé lo que es el amor…



Aclaro que todas las frases son reales, no me he inventado ninguna. Suerte.



1 de abril de 2011

¿Qué apostamos?...

Siguiendo el hilo del post anterior, donde hablaba de la conveniencia o no, de correr riesgos innecesarios, llego a la conclusión de que arriesgarse es una cuestión de costumbres. O de hábitos si quiere. Y aunque el hábito no hace al monje, hasta los monjes tienen malos hábitos. O costumbres, como quiera.

Pero se pueden correr muchos riesgos sin que ello represente un daño físico tal como salir volando por los aires. Apostar por ejemplo. Hay quien dice que las apuestas son una mala costumbre, o un mal hábito si lo prefiere, pero sólo si se pierde. Si se gana es tan buena costumbre como desayunar acelgas. Para quien le gusten las acelgas, claro, para mí eso es tan malo como clavarme chinchetas en el escroto. Que no quiere decir que lo haya hecho, ni lo uno ni lo otro. Pero haciendo un pequeño ejercicio de imaginación, puedo llegar a adivinar lo repulsivo que me resultaría lo primero, y lo doloroso, y porqué no decirlo, incómodo que me resultaría lo segundo. Si alguien ha vivido tales experiencias, me gustaría que me lo contara con pelos y señales para corroborar que tengo razón…

¿Qué estaba diciendo?... Ah, sí, las apuestas. A mí personalmente, me parecen una mala costumbre, porque siempre pierdo. Al menos no recuerdo cuándo fue la última vez que gané una apuesta. Y eso sí que es un mal hábito: perder. Porque se pueden perder muchas cosas: las llaves de casa, el mechero, la virginidad, un paraguas, el autobús, las acelgas, otra vez la virginidad…, pero una apuesta…

Perder una apuesta supone tener que pagar, y lo que es peor, tener que pagar a alguien que se está riendo en tu cara porque te ha ganado. Y lo peor de todo es que siempre te gana el mismo, algún amigo con quien sales a menudo, para quien apostar es una buena costumbre porque siempre gana, y más concretamente siempre “te” gana. Y además recibe el dinero con una sonrisa, lo cual demuestra que apostar puede ser una costumbre saludable (se salude o no), porque dicen que reír es sano. Aunque lo que de verdad es sano es ganar la apuesta, y que además te la paguen.

Afortunadamente para mí, no suelo apostar cantidades superiores a lo que estaría dispuesto a pagar por una cena (lo cual vuelve a demostrar que mi cerebro está estrechamente ligado a mi estómago), y eso me ha permitido no tener que mendigar para amortizar la mala costumbre que tenía de apostar. Porque ya no la tengo. La mala costumbre de apostar quiero decir…

Desde hace años sólo apuesto a la quiniela, pero estoy empezando a desesperarme, porque yo hago mil combinaciones y quedo como un idiota, y ella le da sus millones al que no tiene nociones de lo que es una pelota. Eso me da que pensar, que igual es conveniente tener la costumbre de apostar en todo aquello en lo que uno no tiene nociones, porque en ese caso las opciones de apuesta pueden ser infinitas… Pues anda que no hay cosas de las que no tengo ni la más mínima noción, y eso sin tener la necesidad de recurrir a la astrofísica…

En fin, que llevo escritas 536 palabras y… ¿Qué no?... ¿Cuánto se apuesta?...





Pd.: Nuevo més..., nueva chica del més.