28 de marzo de 2019

Despedida


Despedida­…

Sí y no. O ambas cosas a la vez… No se me impaciente, le explico.

Como ya sabe, hace tiempo que tengo el blog abandonado, y en este periodo de, digámosle, sabatismo, he reflexionado, varias veces, sobre la conveniencia o no de continuar con el blog. No lo voy a eliminar, tiene demasiada historia como para borrar su existencia de un plumazo, por él han pasado cientos de personas, algunas para quedarse, otras simplemente para saludar, y les tengo el respeto suficiente como para no eliminar todos los comentarios y momentos divertidos que, ya para siempre, han quedado reflejados en él. 

Empecé a escribir en éste blog hace ya 12 años, contaba en aquel entonces con 37 tacos. Ahora, a punto de cumplir 49, la vida se ve desde otra perspectiva. Todo evoluciona, y algunas cosas hay que dejarlas atrás. Lo cierto es que, cuando uno tiene alma de bloguero, lo tiene para toda la vida, y el gusanillo de escribir, o juntar palabras para decir tonterías, llámelo como quiera, siempre vuelve. 

Me despido de Graceland al mismo tiempo que me mudo a Dígame Usted, mi nueva casa y por supuesto, la casa de todo aquel que quiera acompañarme, si usted gusta, será bien recibido y… bueno, puede continuar leyendo aquí…




4 de agosto de 2017

Reto 5 Líneas

Volvemos, un mes más, con el Reto 5 Líneas de Adella Brac.




En éste mes de Agosto, las palabras a utilizar son  "fuerte" "uñas" y "máscaras".

Ahí va mi simulacro de microrelato:

"El destino quiso que estuvieran allí en aquel preciso momento, en un avión a la deriva. Tan sólo unos segundos antes, afilaban sus uñas arrojándose reproches hirientes, en una discusión interminable. Ahora, dos máscaras de oxígeno, colgaban frente a ellos, como consecuencia de la  fuerte explosión del motor. Se miraron, primero asustados, después con ternura, en aquellos, los que fueron los últimos segundos de sus vidas…"

 







21 de marzo de 2017

Reto 5 Líneas.




Como todos los meses, Marzo nos trae un nuevo Reto 5 Líneas de la mano de Adella Brac. Si me descuido un poco más se me acaba el mes…

En este caso, las tres palabras a utilizar son:  “estudio”  “edición” y “planeada” , y éste es mi simulacro de microrelato:

 “Su mundo estalló en mil pedazos cuando terminó de ver el telediario primera edición. La estafa planeada durante meses, había sido filtrada a la prensa por alguien de su confianza. Hacer un estudio, para intentar averiguar quién de sus tres cómplices le había traicionado, le pareció inútil. Sabía que su vida ya no valía nada. Recordó el segundo cajón de su escritorio y lo que allí guardaba: un revólver con una sóla bala…”







 

9 de marzo de 2017

La Lobotomía.

Lobotomía: La lobotomía cerebral es un tipo de psicocirugía, consistente en la sección quirúrgica de uno o más fascículos nerviosos de un lóbulo cerebralbla bla bla… y bla bla bla…  No voy a extenderme más en lo que es una Lobotomía, para eso ya está la Whikipedia.




El caso es que, en los tiempos que corren en la actualidad actual, algunos deberían pensarse seriamente que les practiquen una lobotomía bastante profunda. Y en previsión de que esos mismos personajes no se hayan percatado, yo me encargaré de hacérselo saber. Inicio hoy la sección “La Lobotomía”, una sección en la que, con una frecuencia relativa, presentaré a un personaje que, como consecuencia de sus actuaciones, o mejor dicho, de sus desafortunadas actuaciones, son merecedores de tal intervención…

En esta primera entrega, el personaje merecedor de una Lobotomía es Mercedes Milá.




Me cae bien, la verdad, siempre la he considerado una buena profesional, pero su desafortunada intervención en el programa de Risto Mejide, en el que “debatía” con el bioquímico J. Miguel Mulet sobre la enzima prodigiosa, tuvo más de comedia que de debate. Tras una trabajada exposición del tema por parte del bioquímico, que digo yo que algo debe saber del tema, Mercedes le respondió con un único e importante argumento: “tienes que adelgazar, estás gordo”…

Yo no entiendo mucho de enzimas, no más allá de que estar encima, en según qué situación, resulta más aliviado que estar debajo, y por lo que se ve, dado su argumento, parece ser que  Merdedes Milá tampoco anda muy sobrada en conocimientos de enzimas. No sé en qué momento, Mercedes mutó de buena periodista al personaje que se ha visto obligada a adoptar. Supongo que fue durante una pausa publicitaria del programa de investigación “Diario de…” y despertó debajo de un edredón de la casa de Gran Hermano, allá en Guadalix de la Sierra, cuyos aires parece que no la sentaron nada bien, y creyendo que la vida real es como la que viven en aquella casa. Nunca entendí muy bien, porqué una buena profesional como ella se prestó a tal desaguisado.

Por todo lo expuesto anteriormente, recomiendo a Mercedes Milá que se practique una Lobotomía y vuelva a ser la excelente periodista que siempre fue.




6 de marzo de 2017

Erase una vez...

Erase una vez, no dos ni tres, si no una sola vez, una lugareña llamada Belinda, que habitaba sola en el bosque.

Un bosque cualquiera, de esos que tienen árboles, animalitos y quizás también un río. Y digo quizás, porque también es posible que no hubiera ningún rio, y como el cuento no  hace ninguna referencia a supuestos ríos por ningún lado, dejaremos su posible existencia en una mera suposición.

Dicho bosque se encontraba al norte del país. De algún país. No, tampoco sé de qué país se trata, pero no se preocupe porque no tiene la más mínima trascendencia en el devenir del cuento. El desenlace podría haber sucedido en cualquier país del mundo y parte del extranjero y habría sido el mismo.

Dicha lugareña, cuyo nombre respondía al deseo de sus progenitores, y al de su abuelita también, cuando imploraban “be linda” (sé linda, para los agnósticos, en aquel país se hablaba el Spanglish) no la quedó más remedio que ser linda… y se quedó con Belinda como nombre. Porque afortunadamente para ella, fue linda.

O desafortunadamente, quién sabe, porque el hecho de ser tan tan… guapa (empecemos a llamar a las cosas por su nombre), fue la causa de que, desde temprana edad, viviera sola en el bosque. Sus padres, muy “protectores” ellos, y también poco inteligentes, todo hay que decirlo, decidieron que de esa manera, podrían evitar que los moscones en forma de ciudadanos de a pie, la acosaran con sabe Dios que deshonestas intenciones.

Y a tal efecto, construyeron una casita en el bosque, dotándola de todo lo necesario para que la moza se sintiera cómoda, trasladándola a su nueva morada a la tierna edad de catorce años. De cuando en cuando, sus padres se acercaban a visitarla y reponer su despensa, comprobando con el paso de los años, cómo Belinda crecía hermosa y lozana, cumpliendo la mayoría de edad ajena al mundo exterior.

Anhelaban sus padres, sacar partido a su belleza, e intentar casarla con el príncipe de aquel país, con el noble motivo de salir de la pobreza. Instruyeron a Belinda haciéndola crecer con la idea de que tenía que casarse con el príncipe. No, no era un príncipe azul, eso sólo pasa en los cuentos. Bueno, mejor dicho en otros cuentos, en éste no, el príncipe de éste cuento era de color blanco caucásico, tan blanco que podría pasar por un plebeyo más, y de quien lo único que conocían los plebeyos era su gran riqueza. Su belleza era una incógnita para ellos, más una x que una y, pero les bastaba con su patrimonio para cumplir sus intenciones.

Por su parte, el príncipe, anhelaba casarse con una bella princesa, pero como quiera que en aquella época, y en éste cuento, la belleza era bastante escasa entre las princesas de los reinos colindantes, simplemente anhelaba casarse con una bella doncella. Resultaba un tanto superficial, bastante superficial diría yo, y desentendiéndose de intentar descubrir la belleza interior de dichas princesas, las desestimaba una y otra vez, muy a disgusto de sus padres, que empezaban a cansarse ya de organizar y pagar banquetes reales en busca de unir coronas.

Como todo príncipe que se preciara de la época, tenía un caballo blanco también blanco caucásico, para no desentonar con su jinete, con quien solía dar largos paseos, seguido a veces, las más, de un séquito de corceles negros montados por sendos criados que le proporcionaban escolta. Eran órdenes del Rey, y aunque no era estrictamente necesario, dada la bonanza de todos los lugareños (en este cuento no hay maleantes), dicha escolta proporcionaba una seguridad emocional más que conveniente. Trataba de evitar con ello el  Monarca, que alguna lugareña caza fortunas atrajera la atención del joven príncipe.

Sin embargo, el príncipe, muy travieso él, de cuando en cuando, conseguía escabullirse del palacio, sabe Dios con qué intenciones, y dando esquinazo a la escolta, se alejaba cabalgando campo a través para, una vez lo suficientemente alejado, caminar tranquilamente por los prados, pensando en lo que quiera que piensan los príncipes jóvenes y solteros sin compromiso. Todo esto, era del perfecto conocimiento de los padres de Belinda, que vieron en esas ocasiones de soledad del príncipe, una oportunidad única para llevar a cabo sus intenciones…  


Continuará…





1 de marzo de 2017

Hacerse oír...

Hacerse oír es necesario. Conseguir que los demás te escuchen, si quieres que los demás sepan lo que piensas y, además, porqué lo piensas, suele ser un acto aconsejable, a la par que recomendable.

Recomendable y aconsejable, sobre todo, si lo que tienes que decir es interesante y relevante para la salvaguarda del bien común. Si no es así, uno corre el riesgo de quedar como el culo, que también se hace oír de cuando en cuando, para soltar… flatulencias sin sentido por su estrecha boca. Y últimamente hay demasiada gente que lo hace. Quiero decir que hay demasiada gente que suelta flatulencias sin sentido por su estrecha boca… y queda como el culo.

No sé qué pensará usted, pero hacerse oír, para decir algo que todo el mundo de este planeta, y parte del universo, ya sabe de nacimiento, como que “los niños tienen pene, las niñas tienen vulva”, no sólo me parece irrelevante e innecesario, sino que también me parece una flatulencia totalmente absurda. Vamos, lo que se viene llamando “un pedo mental”. Tan cierto y absurdo, como hacerse oír para decir “el agua moja” o “Jordi Hurtado no envejece”.

El tema no pasaría de una mera anécdota, con la que reírse de sus protagonistas, si no fuera porque quien se hace oír con semejante tontería, lo hace guiado por una motivación tan indignante: el rechazo a quien hace uso de su libertad para elegir su sexo. La continuación de su mensaje “si naces hombre, eres hombre, si eres mujer seguirás siéndolo”, está cargado de intolerancia y fobia hacia los transexuales.

Me gustaría saber cuál es el motivo que le lleva a “pensar” así y hacerse oír lanzando ese mensaje. Quizás todo sea producto de una posible frustración, sufrida cuando su pareja decidió cambiar de sexo, dejándolo con un palmo de narices y usted lo haya traducido en fobia hacia los transexuales. Es posible, igualmente reprochable, pero posible. Porque si ese fuera el motivo, debería usted cambiarse también de sexo y retomar la relación, o si lo prefiere, volverse homosexual. Piénselo bien. Ni siquiera tendría que hacerse oír para declarar su amor por su pareja, porque ya quedaría sobradamente demostrado con su acción…  

Si no es así, si lanza ese mensaje sin ninguna razón personal que lo haya dejado afectado, a usted, que se hace oír para soltar semejante flatulencia por su estrecha boca, yo le digo: ¿y a usted qué coño le importa lo que cada cual haga con su pene o su vulva o, en definitiva, con su vida? ¿Acaso es usted menos feliz porque alguien, a quien ni siquiera conoce, necesita cambiar su sexo para sentirse realizado? ¿No tiene usted un motivo más noble o una causa más justa para hacerse oír? Supongo que no. Supongo que la gente como usted, tiene demasiado tiempo libre y la suficiente intolerancia para buscar causas tan absurdas como ésta.


Eso sí, le pido por favor, que la próxima vez que quiera hacerse oír, lo haga en su casa y, a ser posible, hágalo bajito para que nadie le oiga, así no correrá el riesgo de quedar como el culo… ni provocará que nadie tenga que taparse los oídos…












19 de febrero de 2017

Premios 20Blogs

Como todos los años, vuelven los premios 20 Blogs, de 20 minutos, en su XI edición (11 para los que no saben romano), para premiar a los mejores Blogs de la Blogosfera, en sus diferentes categorías. 




En mi extraño afán por hacer el ridículo, un sentido que hace tiempo  perdí y que espero no recuperar en mucho tiempo, vuelvo a participar inscribiendo a éste humilde Blog en la categoría de Humor. Seguramente, tal anuncio le habrá hecho gracia. Lo entiendo perfectamente, el tema en sí tiene bastante más gracia que éste Blog. Aun así, si éste Blog le hace gracia, y cree que es merecedor de su voto, puede votarlo sin ningún tipo de compromiso. No se preocupe, su nombre no aparecerá en ninguna lista de personas buscadas por la CIA, ni en la de ninguna otra agencia interestatal, ni tendrá que dar ningún tipo de explicaciones por ello, ya que los votos no quedan registrados de ninguna manera. Para motivarle convenientemente, votar es totalmente gratis, y eso, siempre es un aliciente de lo más atrayente… Además, para que no se queje, puede hacerlo de varias formas:

-Si ya es usted usuario registrado de 20minutos.es, puede hacerlo directamente pinchando en éste enlace.

-Si no está ya registrado como usuario de 20minutos.es, puede hacerlo registrándose con su cuenta de Facebook y votar pinchando en éste enlace. Sí, es el mismo enlace que se muestra en la opción anterior, como ve todos los caminos llevan a Roma.

Si tiene cualquier duda, no se quede con ella, tírela a la basura y pregunte, que para eso estoy yo. No estoy sólo para hacer el ridículo, si no también para aclarar cualquier tipo de duda que le pueda surgir.

Le doy mi palabra de que, ejercer su derecho al voto, será totalmente indoloro, incoloro e insípido y que no tiene ningún tipo de efecto secundario ni contra indicaciones que pongan en peligro su salud. Si quiere quedarse más tranquilo, puede leer el prospecto pinchando aquí.

No, perdón, me he equivocado de enlace, mejor pinche aquí…


Cualquier voto recibido por éste Blog, tendrá un agradecimiento eterno por parte de quien esto subscribe, pero no me pida más, porque como ya he comentado en alguna ocasión, tengo la mala costumbre de ser pobre, así que cualquier retribución monetaria queda descartada de antemano. Cualquier otro tipo de retribución, ya sea en especie o en carne… créame, no le interesa en absoluto. Gracias por anticipado.




16 de febrero de 2017

Reto 5 Líneas.

Me sumo al reto 5 Líneas ideado por Adella Brac en su Blog.

El reto consiste en escribir un micro-relato de cinco líneas cada mes, debiendo utilizar en él tres palabras  propuestas por Adella, y cuya temática será a libre elección del escritor. Reto en el que cualquiera que quiera puede participar y dejar su sello.

Aunque no dejé constancia aquí de ello, ya participé en Enero, y como quiera que siempre me gustaron estas iniciativas, creo que me convertiré en asiduo. Que Dios nos pille confesados…
Las palabras a utilizar en Febrero son: Consulta, Como y Nada.

Y ahí va mi simulacro de micro-relato:

"Como dos gotas de agua. Caminaban y sonreían. El destino, siempre caprichoso, quiso 
que se gestaran al mismo tiempo y en el mismo lugar. Dos gemelos que no se diferenciaban en nada. Ni siquiera Don Ramón, su médico de toda la vida, era capaz de distinguirlos. Por eso, cuando abandonaron la consulta, caminaban sonriendo divertidos por haber consumado, la infantil travesura de confundir a Don Ramón una vez más."




14 de febrero de 2017

Whiskypedia

Capítulo 7. Día de San Valentín.



El día de San Valentín es el día del “Love is in the air” por antonomasia, y a estas alturas de la vida, todo el mundo sabe lo que es: el día en que los comercios dedicados a la venta de flores hacen su Agosto en Febrero. El día en que su nivel de ventas sólo es comparable al alcanzado el día de todos los Santos. Por eso, no voy a descubrir nada que no se sepa ya del Día de San Valentín tal y como lo conocemos en la actualidad. Pero… ¿cuál es su verdadero origen y significado?

Es curioso, pero tiene bemoles que, como casi todas las festividades, fuera instaurada por un Papa allá por el año 496 D.C. (Después de Cristo para los agnósticos), más concretamente por el Papa Gelasius I (a quien llamaron Gelasius I sin ni siquiera saber si iba a haber más Gelasius posteriormente, y sin que ni siquiera llegara nunca a ser padre). Se desconocen los motivos que llevaron a este hombre a tener tal iniciativa, aunque todo apunta a que, además de ser un devoto de Dios, también era un devoto de un tal Valentín. Las malas lenguas dicen que su devoción llegó a convertirse en amor, pero eso está aún por demostrar.

Quiso la providencia que, algunos siglos más tarde, un poeta francés, sabe Dios porqué, en uno de sus poemas, hablara de ese Día de San Valentín como un día de festejo para todos los enamorados. Ya sabemos todos que Francia es un lugar donde  “L’amour” aplica su “in the air” en todo su esplendor. Tanto es así que, años más tarde, su rey Carlos VI (Carlos sexto para los que no saben romano), instauró que dicho día los cortesanos alfa compitieran en varias modalidades para conseguir pareja entre las doncellas cortesanas. Claro que por aquel entonces, ni siquiera era necesario que estuvieran enamorados, ni los unos ni las otras, así que el tema tuvo que evolucionar un par de tuercas más, para que el día de los enamorados… lo celebraran los enamorados.

Y fue en Inglaterra donde, a principios del siglo XIX (diecinueve para los que son de letras), empezó a comercializarse la festividad con la fabricación de tarjetas, que contenían ese tipo de frases que quedan tan bien cuando se dicen al oído de tu enamorada/o, para que cada cual se las regalara a su pareja, y que empezaron a dejar en las arcas de los grandes almacenes importantes sumas de dinero. Sabe Dios a quién se le ocurrió tal iniciativa, pero todo hace indicar que debió de ser algún antepasado del fundador de Harrowds…

Años más tarde, a la anglo-americana Esther Ángel Howland, se le ocurrió añadir a las tarjetas la imagen del ángel Cupido como símbolo de la festividad. Desconozco que se le pasaría por la cabeza a esta mujer para llegar a pensar que la imagen de dicho ángel, soltero y sin compromiso que se sepa, podía llegar a ser la imagen del amor. El caso es que la idea funcionó y hoy en día, en el día de San Valentín, un amplio porcentaje de la mitad de la humanidad, intenta demostrarle a otro amplio porcentaje de la otra mitad, que su amor por ella es incombustible e insuperable… El resto de días, por lo que se ve, no hace falta demostrarlo…


Podría contaros más cosas sobre el Día de San Valentín, pero para eso… ya está la Wikipedia. 






1 de febrero de 2017

Partes visibles...

Hay veces en que llamamos la atención de los demás, sin que ni siquiera nos lo propongamos y por mucho que uno se empeñe en pasar desapercibido. Y es que, algunas partes visibles de nuestro cuerpo, en ocasiones, actúan por su cuenta y atraen la atención de quienes nos rodean, sean conocidos o no.

Vale que también, si los que nos rodean, le echan un poco de imaginación al asunto, otras partes no visibles también pueden atraer su atención. Y es que la imaginación tiene un poder ilimitado y nos hace llegar a ver lo que no se puede ver y verlo de una forma totalmente irreal, porque se puede dar el caso, de que algunas de esas partes no visibles que imaginamos maravillosas, si estuvieran visibles… podrían incluso hasta pasar por casi invisibles. Pero estábamos hablando de las partes visibles, que se me va el santo al muslo y acabo desvariando…

Seguramente, usted tenga una parte visible de su cuerpo que llame poderosamente la atención de quienes le rodean, aunque es posible que ni siquiera sea consciente de ello. Todos la tenemos. Quiero decir que todos tenemos gente que nos rodea y que atraemos su atención… gracias a nuestra parte visible atrayente.

Seré un poco más directo: en mi caso son las orejas. No es porque sean excesivamente grandes, que lo son. Tampoco es porque estén en posición de puertas abiertas, que lo están. Si atrajeran poderosamente la atención de quien me rodea por alguna de esas dos razones, ocurriría siempre. Y no es el caso. Bueno, igual si es el caso, pero no soy consciente de que atraiga poderosamente la atención de quien me rodea siempre. Es posible, nadie me lo ha hecho notar nunca, así que vaya usted a saber, lo mismo se lo callan y disimulan mirando para otro lado… 

Tampoco son atrayentes porque las pueda mover voluntariamente, que puedo hacerlo, porque en ese caso sólo serían atrayentes para quien yo las quisiera mover voluntariamente.  Me preguntará entonces por qué sé que, en algunas ocasiones, mis orejas atraen poderosamente la atención de quien me rodea. Y si no me lo pregunta da igual, yo se lo cuento igualmente: su color.


Normalmente, su color no atrae la atención de nadie, porque es el mismo color que el resto de la cara, es decir, color cara de hombre de raza caucásica. Pero en algunas ocasiones, de manera totalmente involuntaria para mí y voluntaria para ellas, cambian de color. Suelen hacerlo sobre todo, cuando estoy en lugares cerrados con ambiente caldeado, curiosamente casi siempre con vino de por medio, y pasan a tener un color que se podría denominar rojo fuego. Tanto es así, que ha provocado, no sólo atraer poderosamente la atención de quien me rodea, si no que algunos de ellos, incluso se han planteado la posibilidad de salir corriendo en busca de un extintor… o dos. 

Afortunadamente, nunca ha hecho falta utilizarlos, pero si se fija en la imagen, hábilmente captada por alguien que me rodeaba en una ocasión, verá que no es una idea descabellada buscar un extintor… 







30 de enero de 2017

#ElTemaDeLaSemana

La iniciativa de @PapásBlogueros nos trae esta semana una cuestión peliaguda: La pareja tras ser padres.

Es innegable que la llegada de descendencia, altera totalmente la forma de vida de una pareja. Aunque sea una situación elegida, nuestro mundo tal y como lo conocíamos desaparece para dar paso a una nueva vida. En todos los aspectos imaginables. 

Y el aspecto sexual, que es lo primero en lo que se suele pensar, no iba a ser menos. También cambia sustancialmente, no nos vamos a engañar. Evidentemente ya no estamos solos en casa, ya no podemos campar a nuestras anchas, hay otras prioridades en las que emplear parte de nuestro tiempo y, sobre todo, en qué emplear nuestras desgastadas energías, lo cual hace que disminuya la frecuencia... Pero creo que todos estaremos de acuerdo en que, el sexo, es una de esas actividades para las que siempre se encuentra tiempo, si realmente se desea, y en contra de lo que se suele pensar, creo que se ve afectado en menor medida de lo que la llegada de descendencia afecta a otros aspectos.


Como por ejemplo: la convivencia. Esta puede llegar a hacerse complicada debido, sobre todo, a la disminución de tiempo libre. Aparte de que, de golpe, las decisiones a consensuar aumentan de forma exponencial, sobre todo en los primeros años, hay un aumento de actividades, que nos acortan los tiempos para hacer lo que antes hacíamos de una forma relajada. Eso hace aumentar el estrés y los nervios están a flor de piel más allá de lo aconsejable. Saber mantener la calma, durante esos momentos de tensión, resulta fundamental… para que siga habiendo pareja.