Con taytantos años a las espaldas, uno puede incluso llegar
a creer, que en el arte de hacer el cafre, está todo inventado.
No se crea,…ni por asomo. Parece ser que las nuevas
generaciones de jóvenes, vienen equipadas con una creatividad que les hace
superarse día a día con nuevas maneras de parecer retrasados.
Hace poco, a los carrozas se nos ponía el vello de punta,
como consecuencia de la “invención” del “Tampodka” (práctica según la cual, se
humedece un tampón en bebida alcohólica, para después introducírselo en
cualquier orificio extraño para que el alcohol entre en contacto directamente
con la sangre, y así acelerar y aumentar considerablemente su efecto), práctica
que lleva fácilmente a quien lo practica a un coma etílico.
Y ahora, se pone de moda, más concretamente entre la
juventud colombiana, “la ruleta sexual”. Dicha práctica, es nada más y nada
menos, que un plagio del popular juego de la silla, aquel en el que los
participantes daban vueltas a un número de sillas, inferior al número de participantes, dispuestas en círculo hasta que se detuviera la música, momento
en el que todos se sentaban en una silla, quedando uno compuesto y sin silla, siendo eliminado del juego.
La ruleta sexual es similar, sólo que se cambian las sillas
por vaginas debidamente lubricadas para, en el momento en que se detiene la
música, introducir en ellas aquello que se introduce normalmente en una vagina.
Hasta aquí todo parece divertido. La parte oscura, viene dada porque hay el
mismo número de vaginas que de aquello que se introduce normalmente en una
vagina… con lo cual nadie se queda compuesto y sin vagina. ¿Quién queda
eliminado entonces?
Esa es la verdadera parte oscura. Queda eliminado, aquel que
eyacule antes. Vamos, que será mejor que no se apunte si es usted un eyaculador
precoz, porque no tendrá ninguna posibilidad de éxito. Sí, bueno, seguramente
terminará usted con una sonrisa de oreja a oreja, pero no cuente con que gane
nada. De acuerdo, vale, es posible que llegue a disfrutar enormemente
participando en este juego, pero seguro que no llegará a las rondas finales…
Me dirá que, a diferencia del Tampodka, el juego no resulta
peligroso…. Error. Para complicarlo todo un poco, más bien para complicarse
todos la vida bastante diría yo, las normas del juego prohíben usar preservativo. Y
tampoco contemplan la posibilidad de “la marcha atrás” legendaria de los 80…,
con lo cual, el número de embarazos juveniles, se ha triplicado en apenas unos
meses…
Ya hay a quien se le ha ocurrido construir un Ruletódromo,
con gradas para espectadores que dejen una buena pasta en concepto de entradas,
palomitas, cervezas y demás chuminadas. Chuminadas para consumir mientras ven
unos cuantos chuminos… y unos cuantos de aquello que se introduce en los
chuminos votando de arriba abajo, como consecuencia del trote del eyaculador
precoz, o no precoz vaya usted a saber, girando alrededor de ese montón de
chuminos…
Si tuviera que elegir entre ambas prácticas, desde luego que me
quedaría con la segunda...
“Tampodka”… “Ruleta sexual”…. Empiezo a pensar que la
perestroika está detrás de todo ello…