“CONVIVENCIA”.
Bonita palabra, su significado nos lleva a las puertas de un mundo perfecto.
Representa, más que un acto, una actitud. La actitud del que respeta a quienes lo rodean. En pocas palabras, representa ejercer tus derechos sin pisar los derechos de los demás. Y su ejercicio debería ser innegociable en cualquier situación en la que nos veamos comprometidos, y en la que estén involucradas otras personas, sean conocidas o no.
Ahora bien, ¿se aprende a convivir?... Ó ¿cuándo aprendemos a convivir? Ambas preguntas van unidas en respuesta, y no es algo que se aprenda de la noche a la mañana, ni de repente, como el que aprende a encender la televisión. Es algo que se aprende con el tiempo, poniendo en práctica los valores que nos han sido inculcados en nuestra educación, desde pequeños y por todo nuestro entorno. Se comienza con el RESPETO y a través de la HUMILDAD se llega a la TOLERANCIA. Y la tolerancia es la clave que nos permitirá convivir con todos los que nos rodean. Quien aprende un día a convivir, lo hace para toda la vida, es como andar en bicicleta o nadar, nunca se olvida.
Parece un camino fácil, pero si no se tienen ese tipo de valores, uno se queda a mitad de camino por mucho que tenga un GPS… Hay personas que son incapaces de convivir, ni siquiera consigo mismo, posiblemente porque atraviesan con demasiada frecuencia el límite marcado por sus derechos, y campan a sus anchas por la vida, sin tener en cuenta que viven acompañados de otros semejantes con los mismos derechos. La mayoría de las veces, por no decir todas las veces, que alguien traspasa esos límites marcados, está motivado y tiene su origen en el EGOÍSMO.
Para conseguir una convivencia plena, tenemos que encontrar la armonía entre nuestros derechos y los de los demás. Y aunque lo parezca, no es fácil encontrar esa armonía. Hay que superar ciertas dificultades para saber interpretar dónde está la línea que marca el límite. Y es precisamente esa dificultad, lo que eleva a la convivencia a la categoría de arte. Sí, podemos afirmar que la convivencia es un arte, porque no todo el mundo es capaz de alcanzar el punto óptimo. Quien lo consigue se convierte en un artista de la convivencia, que alcanza su máxima expresión en el día a día con familiares y vecinos, pero que también se presenta en pequeñas dosis y en diferentes ámbitos de nuestra vida: trabajo, ocio…
Cuando hablamos de “convivencia”, solemos hacer referencia principalmente a la que tiene lugar bajo el mismo techo. Se podría pensar que de todas las convivencias es la más importante y complicada, por la duración e intensidad que la caracteriza, pero en realidad no es la más difícil de alcanzar. Bajo mi punto de vista, al tener como “convivientes” a personas a las que generalmente queremos, y que representan una parte muy importante en nuestra vida, es más fácil transigir en cualquier tipo de diferencia de pareceres. Además, el conocimiento mutuo y la confianza que tenemos con esas personas tan cercanas, siempre nos da pistas de hasta dónde podemos llegar con nuestros actos, permitiéndonos licencias que en otros lugares y con otras personas no nos permitiríamos, y siempre tendremos más flexibilidad para transgredir los límites. Sin embargo, en la convivencia fuera de nuestro entorno, la dificultad aumenta, ya que el desconocimiento de la personalidad de quienes nos rodean no nos da ninguna flexibilidad, y es ahí cuando necesitamos poner en práctica todos nuestros valores para poder llevarla a buen puerto.
Todo aquello que hacemos rodeados de otras personas, debe estar presidido por la convivencia, aunque la mayoría de ocasiones, ni siquiera llegamos a ser conscientes de ello. Por ejemplo, simplemente con acudir a cualquier espectáculo, el mecanismo de la convivencia se auto activa de una manera inconsciente y se pone en alerta, para proporcionarnos a nosotros mismos y a los demás la armonía necesaria para… convivir. Pero quien no tiene dicho mecanismo obviamente no se activará, alterando así la convivencia del hábitat en el que se encuentre, abriendo la posibilidad de generar cualquier conflicto que provoque el consiguiente rechazo de los demás. Normalmente, a la gente que no sabe convivir, el egoísmo le impide ver la realidad, y es difícil que lleguen a comprender cualquier otro punto de vista que no sea el suyo…
Como dije al principio, alcanzar una convivencia sin fisuras nos acerca a un mundo perfecto, pero… mucho tiene que cambiar nuestra sociedad para que lo logremos, y de momento, simplemente es… una utopía.
El cambio empieza por uno mismo, y ese no es utópico, sino pura y dura voluntad de ponerse a ello.
ResponderEliminarUn abrazo cómplice.
PazzaP tiene razón. Lo utópico viene de que no somos cuatro gatos.
ResponderEliminarMuy buena aportación, Elvis, en este día de la convivencia. La verdad es que los blogs son un buen ejemplo de ella, porque en el tiempo que llevo en este mundillo, aunque no sea mucho, sólo he encontrado compañerismo y respeto, y palabras de apoyo y ánimo cuando las he necesitado.
Un fuerte abrazo
Es una aportacion muy buena el cambio viene desde nosotros reeducando, respondiendo al estimulo de una nueva sociedad cosmopolita en la que vivimos e interacctuamos
ResponderEliminarFeliz dia de convivencia blogueril
Un saludo
Lamentablemente yo no creo en la posibilidad de una convivencia más o menos pacífica. Las cosas, tanto en lo individual como en lo colectivo, tienden naturalmente al caos.
ResponderEliminarUn saludo.
Hola..
ResponderEliminarHoy es un buen día para convivir, convivamos siempre.. Un abrazo de buen fin de semana
Oiga... sepa que también creo que el intento de convivir es más que necesario. Supongo que en este ambiente -me refiero al mundo virtual- la convivencia se da bastante mejor que en el otro.
ResponderEliminarUn saludo.
Algo tienes mal en el blog amigo Elvis, doy al artículo y me manda a "casa dios"...
ResponderEliminarBueno por lo menos me deja comentarte, ha sido un honor contar con tu presencia en un día tan especial.
Un abrazo muy agradecido.
PazzaP, estoy de acuerdo en parte. Es cierto que el cambio empieza en uno mismo, esa es la teoría. Pero en la práctica está demostrado que siempre te encuentras con alguien que se niega a iniciar ese cambio, negándose así a convivir en igualdad de condiciones. De ahí la utopía.
ResponderEliminarAnto, en el mundo bloguer la convivencia es fácil, ¿y sabes porqué?... Porque todos buscamos y queremos lo mismo. Lo hacemos en igualdad de condiciones y damos lo mismo que queremos recibir, pero en el mundo real... es otra historia.
40añera, ahí está la clave, en inculcar a nuestros hijos unos valores válidos con los que guiarse. Feliz día también para ti.
Yoni, si, hay que intentarlo siempre aunque sepamos que es una utopía, ya que como dije más arriba, siempre te encuentras con alguien que se niega a ello... En fin, cuando nos encontremos con uno de ellos miremos para otro lado y a volar...
Balovega, convivamos, convivamos en armonía y paz... Buen finde tambien para usted.
Senovilla, pues no sé qué habrá pasado, igual el enlace que puse está mal (es que lo de escribir se me da fatal...).
El honor es mío por haberme permitido participar en tan brillante iniciativa...
Saludos cordiales a todos y...... !!convivamos!
tan bonito lo que decías... y al final resultó ser algo utópico??.. pero de acuerdo con los comentarios de arriba, creo que es posible, sólo hace falta poenrle buena voluntad... gran voluntad, voluntad bien fuerte!
ResponderEliminarsaludos!
Es in placer ver que aunque sea una utopía en la blogosfera somos una multitud los que opinamos que las ilusiones son posibles..
ResponderEliminarExcelente post Elvis
Un gusto conocerte
Saludos de las dos Lisebes (mis dos blogs)
Amelia, creo que es una utopía porque porque por mucha voluntad que pongamos, siempre nos encontraremos con gente que se resiste a ponerlo todo de su parte..., pero bueno, en esos casos miraremos para otro lado...
ResponderEliminarLisebe, si, eso es porque en la blogosfera hay bastante respeto, eso lo hace todo más fácil.
Me pasaré por tus blogs, no lo dudes...
Saludos cordiales a ambas.
Me ha gustado el texto y es una utopía como dices pero no imposible.
ResponderEliminarHay que cambiar muchas cosas en la sociedad y esa es una de ellas.
Un saludo
como tú bien dices para poder convivir hay que recuperar valores,el problema es que cada vez estamos más globalizado y con menos valores.
ResponderEliminarluchemos por esps valores y por una correcta convivencia.
abrazos
S, creo que con cambiar el concepto que tiene de respeto mucha gente bastaría...
ResponderEliminarForner, exacto, la clave está en saber inculcar esos valores a nuestros jóvenes.
Saludos cordiales a ambos.
Pues sí. La realidad es que mucha gente tiene su propio concepto de "respeto", si es que de hecho, lo tiene. Si hay respeto, la convivencia no debería suponer ningún tipo de problema. Saludos!
ResponderEliminarDesi, así es. Mientras, sólo nos queda esperar a que lo aprendan en condiciones..., o sea, una utopía...
ResponderEliminarSaludos cordiales.