21 de agosto de 2014

Vacacioneando...

Ahora que todo el mundo, o casi todo el mundo, está o ha estado de vacaciones, y que todo el mundo, o casi todo el mundo, cuenta sus experiencias caniculares en su blog, yo no he querido ser menos. Puede llamarme envidioso si quiere, no se lo reprocharé. Bastante tiene con aguantar lo que escribo…

Tampoco es que tenga tanto que contar, sólo llevo cuatro días de vacaciones, pero para que no se me amontonen los acontecimientos, mejor ir relatando poco a poco, porque si no esto se hace interminable.

El caso es que, circulando en mi primer día de vacaciones, al volante de mi coche/furgoneta/monovolumen (como quiera llamarlo), a una velocidad completamente adecuada al tipo de vía por la que circulaba, acontecióme que, en mi noble intento de meter la quinta velocidad, noté una cierta flojera en la palanca de cambios. No conseguí meter la quinta velocidad… ni la cuarta, ni la tercera, ni ninguna otra de las que dispone el coche/furgoneta/monovolumen. La palanca de cambios estaba más suelta que la lengua de Belén Esteban en pleno Sálvame…

Lo único que pude hacer, fue arrimarme lentamente al arcén. Bueno, realmente, además de hacer eso, también pude maldecir en arameo y otros dialectos ininteligibles, mientras movía incrédulo la palanca de cambios en todas direcciones.

Una vez detenido el vehículo en el arcén, desmontar toda la carcasa que cubre la palanca de cambios y cerciorarme de que, tal y como sospechaba desde un principio, no iba a ser capaz de arreglarlo yo solito, comencé a buscar posibles soluciones al problema.

Me dirá que tampoco es algo tan grave. Me dirá que a todo el mundo, o a casi todo el mundo le ha pasado alguna vez que se le averíe el coche en medio de una autovía, solucionando el problema fácilmente llamando a una grúa. Bien, no se lo discuto. Es más, le doy la razón. De hecho, yo, que normalmente suelo hacer lo que hace todo el mundo, es lo que hice. O lo que iba a hacer, hasta que recordé que tengo el móvil averiado y no puedo hacer llamadas. Puedo hacerlas, pero no las hago, básicamente porque nadie oye lo que digo a través de mi móvil.

Lo bueno de ir a pasar las vacaciones al pueblo de un amigo, es que siempre tendrás gente dispuesta a ayudarte. Sobre todo si ese amigo se encontraba circulando unos metros más adelante en el preciso momento en el que se produjo la avería. Y sobre todo si ese amigo tiene un móvil en perfecto estado de revista. Avisada la grúa, un problema resuelto. Acompañar al conductor de la grúa a un taller cercano, a quien ya había avisado, con el coche a cuestas y solucionar la avería era pan comido. Eso suponiendo que la avería se pudiera solucionar con una rapidez conveniente, cosa que en esos momentos un servidor desconocía.

Aún así, antes de todo eso, debía de resolver otro “problemilla”… ¿Qué hago con los tres niños, las tres bicicletas, la media docena de maletas, y las dos bolsas de víveres que llevo en el maletero? Y lo que es peor aún… ¿qué hago con los dos packs de cervezas que también llevo en el maletero? Si al menos hubiera estado cerca de casa…, pero a más de 300 Km de mi casa y a unos 100 Km de distancia de mi destino, tales interrogantes cobraban aún mayor importancia de lo que parece… Haga un esfuerzo en forma de intentar imaginarse la situación.

Pero lo dicho, no hay como viajar al pueblo de un amigo para encontrar rápidamente una solución. Solución en forma de coche de suegro para hacer trasbordo de niños, maletas y víveres al otro coche. Las tres bicicletas no entraban, pero afortunadamente las cervezas si, así que problema solucionado.

Aún todavía, tres días después, me pregunto que habría sido de mi, de los niños y de las cervezas si, en vez de ir precedido de mi amigo, me habría ido sólo de vacaciones a cualquier complejo turístico… Sí, lo sé, yo también me imagino a mi coche subido en la grúa con toda la familia dentro…





Continuará…



6 comentarios:

  1. Esto...me he perdido...estaba viendo la foto del bar, digo de Bar... XDDD
    ¡Ah, sí! Lo de las averías. Pues tuviste suerte de que tu amigo fuera mirando el retrovisor y pudiera parar delante, porque si soy yo el que va contigo, a lo que me doy cuenta de que no te llevo detrás, igual es la hora de cenar :P
    Lo bueno de eso es que al menos llevabas cervezas para amenizar la espera de la grua, y como los niños no beben...¡todas para ti!
    Disfruta el resto de las vacaciones...

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  2. Esto de que se quede el coche en mitad de la carretera es un fastidio terrible. Nos pasó una vez yendo a Rascafría en el coche de unos amigos a pasar el día. Terminamos pasándolo en el Puerto de Navacerrada, que no está mal pero no era la idea. Jajajaja. Un besote y espero que ahora sí estés disfrutando de tus vacaciones.

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  3. Míralo por el lado bueno, no llevabas congelados ;p

    Y no se puso a llover ;)

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  4. Hubiera sido un numerazo lo de irse de vacaciones en grúa. Original, cuanto menos.
    Un abrazo!

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  5. Jooooooder, me lo estoy imaginando y ya estoy sudando, pues sí que empieza (mal) esto...

    (Esperaré)

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  6. Jatz Me, desde luego que tuve suerte. La pena fue que las cervezas parecían caldo de lo calientes que estaban...
    Saludos.


    Mi Álter Ego, afortunadamente puede seguir mi camino y dormir en el lugar elegido.
    Besos.


    Doctora, desde luego, todo tiene su lado positivo jajaja
    Besos.


    B., y además ahorrando gasolina jajaja
    Besos.


    Sergio, afortunadamente lo demás transcurrió sin sobresaltos.
    Saludos.

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Uy lo que han dicho...