27 de diciembre de 2012

Whiskypedia.

Capítulo 2. La Guillotina.



A pesar de ser más antigüa que otros aparatos algo más modernos, como por ejemplo un PC, un TV de 40 pulgadas o un Iphone, la Guillotina también fue la causa de que muchos hombres perdieran la cabeza. O si lo prefiere, todo lo que está debajo de la cabeza.

Su nombre, como no podía ser de otra manera, proviene de un conocido cirujano de la época, que para mayor delito, también era diputado, y que aconsejó el uso de la letal herramienta a la Asamblea Nacional (que no sé qué demonios debatirían en tan magno lugar para llegar a considerar en serio la propuesta), y que por aclamación unánime convinieron, no sólo en aceptarla, si no además, en recompensar al buen hombre nombrándola con su apellido. Su nombre Joseph Ignace Guillotin (como pueden ver, no se esmeraron demasiado a la hora de buscarle nombre al aparato en cuestión).

Sin embargo, la Guillotina ya había sido inventada con anterioridad, y el aparato homicida ya llevaba varios siglos haciendo de las suyas por toda Europa, pero con diferentes nombres según el país. Enumerar los diferentes nombres por los que se hacía llamar, me llevaría demasiado tiempo, así que si quiere saberlo, vaya a la Wikipedia.

Las autoridades, no sólo le dieron su  beneplácito a tal arma de exterminio, si no que solicitaron sus servicios para, en teoría, disminuir el sufrimiento de los ejecutados… se lo merecieran o no. Quiero decir, se merecieran o no la disminución del sufrimiento, porque se supone que, al menos, merecían perder la cabeza. O si lo prefiere, estaba claro que merecían perder todo lo que iba debajo de la cabeza…

Lo más gracioso, es que el tal Guillotín, no sabía a quién encargar la fabricación del aparato, en su fisonomía tal y como la conocemos en la actualidad. Lógicamente, en Francia aún no había fabricantes de Guillotinas, y tras mucho deliberar y desechar un montón de opciones, algunas de ellas incluso válidas, delegó la enorme responsabilidad en… un fabricante de Clavicordios.

Como puede suponer, un fabricante de Clavicordios, tiene una experiencia a la hora de fabricar Guillotinas tan nula como la suya, pero… el bueno de Tobias Schmidt, alemán además de inteligente, se hizo asesorar por el verdugo de París, Charles-Henri Sanson, que no sabía nada de fabricar Clavicordios, pero de conseguir que la gente perdiera la cabeza, o todo lo que está debajo de la cabeza… entendía un rato.

Dominar el arte de su manejo, no resultó difícil, aunque para ello debieron rodar unas cuantas cabezas antes de que se llegara a la perfección en el corte. Las cuchillas eran tan extremadamente delgadas, que normalmente no pasaban de las tres ejecuciones. En ocasiones, incluso llegaban a doblarse al contacto con el hueso, sobre todo si la cabeza era de un tamaño, por decirlo finamente, cabezón extra.

Su aprendizaje, es aún hoy en día, una asignatura obligatoria en todas las escuelas de psicópatas…





11 comentarios:

  1. Dicen que cuando te cortan la cabeza, ésta tiene conciencia durante algunos segundos de que está cortada... No pienso comprobarlo empíricamente. Un besote!!!

    ResponderEliminar
  2. Después de toda tu instructiva explicación, acabo de reparar (mira que soy listo yo) en la firma Gillette, que algo tendrá que ver.

    Que los políticos sigan tocando el clavicordio que ya verás...

    ResponderEliminar
  3. Nunca se me hubiera ocurrido que este cacharro pudiera fallar, menudo espectáculo.

    El tal Charles-Henri Sanson tenía poca visión de futuro, ayudar a fabricar una máquina que le iba a dejar sin trabajo... porque supongo que la llegada de la guillotina debió suponer la ruina de mogollón de verdugos, que tuvieron que dedicarse a otra cosa después de llevar años y años en el negocio... con lo que cuesta luego reciclarse.

    ResponderEliminar
  4. Ha usted reparado en un detalle que a cualquier desprevenido puede parecer trivial. Esto es, que usualmente pensamos que el condenado pierde la cabeza, cuando bien puede decirse que lo que pierde es todo lo que está debajo de ésta. Ese detalle me hizo recordar la siguiente observación: suele describirse a la cebra como un caballo blanco con rayas negras, y análogamente a lo observado por usted, la cebra se podría describir como un caballo negro con rayas blancas.
    Y digo que es un detalle que podría parecer trivial porque no faltará el que hable largamente de las curiosidades y hasta las ventajas del pensamiento lateral.

    Pero en el fondo, en lo sustancial, digo que podría parecer un detalle trivial porque definitivamente lo es.

    ResponderEliminar
  5. Gracias a esta entrada, ya me siento un poquito mejor psicópata cortador de cuerpos.
    FELICES FIESTAS

    ResponderEliminar
  6. Mi Alter Ego, yo tampoco. Además, que iban a hacer nuestras cabezas sin cuerpo...
    Besos.


    Sergio, seguramente fué idea de algún descendiente de Guillotine, que vio en ello una mina de oro...
    Los políticos que toquen los instrumentos que quieran, pero me daría por satisfecho si dejaran de tocar los coj....
    Saludos.


    Doctora, pues sí. Nada es perfecto y la Guillotina no iba a ser menos...
    Pero los verdugos no se quedaron sin trabajo, simplemente se lo facilitaron, ya que seguían siendo ellos quienes accionaban la Guillotina, mucho más cómodo que levantar en vilo el hacha...
    Besos.


    ResponderEliminar
  7. Viejex, desde luego la trivialidad no es nada importante. Perder la cabeza o perder todo lo que va debajo de ella es, exactamente, igual de importante, lo cual, nos lleva a la siguiente conclusión: no juegues al trivial cuando haya una Guillotina por medio...
    Se le echa en falta. Un abrazo.


    Juan Carlos, tomaré nota. Con los tiempos que corren, es posible que necesite enviar a algún psicópata licenciado al congreso...
    Abrazo.

    ResponderEliminar
  8. Será una barbaridad, pero una temporadita de guilotina no sería tan mala...

    Besos

    ResponderEliminar
  9. Que post más ilustrativo, Elvis¡¡¡
    Muchas gracias por ayudarme a enriquecer mis conocimientos. :D

    Te deseo una nuevo año lleno de salud, humor y trabajo. Todo ello imprescindible para poder vivir tranquilo y feliz.
    Un beso fuerte

    ResponderEliminar
  10. Pilar, en absoluto sería una barbaridad, pero... ¿qué íbamos a hacer con tanta cabeza podrida?
    Besos.


    Novicia, de eso se trata, de aprender algo todos los días, aunque sea una tontería.
    Lo mismo te digo, ánimo y besos.

    ResponderEliminar
  11. De pequeña tuve una época de obsesión con la guillotina por culpa de una de esas enciclopedias para niños con datos curiosos y muchas explicaciones... Me empeñé en ver películas de la revolución francesa y desde entonces siempre me dio mucha grima xD Gracias por reavivar mis fantasmas LOL

    ResponderEliminar

Uy lo que han dicho...