5 de junio de 2009

Los Humanos: Evolución y Costumbres.

Resulta un tanto complejo, intentar explicar cómo ha sido posible, que un animal que vivía desnudo en cavernas y se alimentaba de otros animales que él mismo cazaba, se haya llegado a convertir en lo que es hoy en día. Y por mucho que la iglesia se empeñe, creo que es injusto en echarle la culpa de todo a los pobres Adán y Eva, que lo único que hicieron, fue intentar aprovechar el tiempo lo mejor que pudieron. Ha sido una evolución larga y cansina, producida sobre todo por pequeños detalles que ocasionaban constantes cambios en su modo de vida. Intentaré relataros, de una manera más o menos acertada y bajo mi punto de vista, cómo se han ido produciendo todos esos cambios, que han convertido a los animales humanos en lo que hoy todos conocemos.

Aquellos animales, cuya única ambición era la supervivencia, y por la que luchaban con el resto de especies con las que convivían, sin más protección que la de los palos que usaban como arma y las cuevas que les servían de parapeto y hogar al mismo tiempo, vivían felices con lo que tenían. En aquellos tiempos, vivían en la oscuridad y frialdad de las cavernas. Los machos buscaban una hembra con la que aparearse y tener descendencia, lo cual no era difícil, ya que con el frío que pasaban intentaban entrar en calor de la manera más divertida que encontraron. Además, tenían mucho tiempo libre, se aburrían porque no había televisión ni internet. En esos principios, los humanos eran polígamos, aún no existían las familias, o mejor dicho, todos formaban una gran familia.



Todo esto cambió cuando sucedieron dos hechos que provocaron los primeros síntomas de evolución en su modo de vida. Primero, apareció el lumbreras de turno que, casi sin darse cuenta, descubrió el fuego. Y lo descubrió porque se quemó más que nada. Segundo, apareció el primer macho celoso de la historia de la humanidad, que decidió que a la madre de sus hijos nadie la ponía la mano encima. Estos dos hechos provocaron que ya no pasaran frío y disminuyera la necesidad de calentarse mediante frotamientos mutuos. A partir de ahí, ya sólo lo hacían para procrear y, por supuesto, por placer. Y claro, ese ataque repentino de celos provocó que dicho macho celoso, buscara un nuevo cobijo para su hembra y descendencia, construyéndose como pudo una choza apartada de los demás. A partir de ahí, al menos en apariencia, pasaron a ser monógamos...

Los demás, al principio, le tomaron por loco. Pero poco a poco, le imitaron construyendo cada uno, y ayudándose entre todos, su propia choza. Fue así como se creó el primer poblado o pueblo, del que por alguna extraña razón, se desconoce el nombre. Descubrieron también que si calentaban la comida, sabía mejor que si la comían cruda. Y además, como no toda la carne sabía igual, empezaron a tener preferencias a la hora de buscar presa. Podemos asegurar, que las especies que sobrevivieron a la caza de los humanos, lo consiguieron porque tenían un sabor ligeramente asqueroso, y por el contrario otras, como por ejemplo los Mamuts, tenían un sabor digno del solomillo mejor cocinado que se conozca…

Durante un tiempo ese sistema de vida funcionó, y seguiría funcionando así si no hubiera sucedido otro hecho que cambió el devenir de nuestros días. Llegó el día, en que los Mamuts se dieron cuenta de que si seguían cerca de los humanos, no necesitarían otro deshielo para extinguirse. Así que emigraron a otras tierras en las que se creyeron a salvo. Los humanos, privados de su mejor manjar, organizaron expediciones para salir a cazarlos allá donde se encontraran. Pero se encontraron con que, allá donde estaban los Mamuts, ya había otras tribus dispuestas a cazarlos. Y claro, pasó lo que tenía que pasar, que llegaron las primeras guerras entre pueblos, aunque aquellas batallas, sí que tenían un motivo bastante noble como era el de llenar el estómago. Pero con tanta batallita y tanta guerra, los únicos que salieron ganando fueron….los Mamuts, que observaban atónitos, como los humanos se peleaban entre ellos mientras escapaban.

Entre tanto, las hembras y los cachorros, ante la tardanza de los machos con la comida, se buscaron la vida como pudieron, y así descubrió uno de los cachorros, famoso entre sus congéneres por comerse todo lo que se llevaba a la boca, que en los árboles salían una especie de bultos con diferentes formas, que se podían masticar y tragar sin peligro a morir envenenados. Y también descubrieron, que los restos de aquello que llamaron frutas, que no se comían y que enterraban en el suelo, con el paso del tiempo, en el mismo lugar, crecía un arbolito que les daba más frutos. Descubrieron así la agricultura, con lo que ya no dependían única y exclusivamente de lo que cazaban, y además era menos peligroso.

A medida que fueron perfeccionando sus técnicas de cultivo, estudiaron la posibilidad de utilizar a los animales para algo más que para llenarse la barriga, buscaron animales que fueran fáciles de domesticar, llegando a la conclusión, de que si conseguían mantenerlos en cautividad, obtendrían crías de ellos, y que además podían utilizar su fuerza para trabajar la tierra. Ese fue el nacimiento de las Granjas. Y con ello volvieron más batallitas, en pos de conseguir tierras más fértiles y más cercanas a ríos y lagos, que proporcionaban agua sin tener la necesidad de ir a buscarla a muchos kilómetros de distancia.

En realidad, esos fueron los primeros síntomas de comodidad que sufrió el hombre, acostumbrado hasta entonces a trabajar sin descanso y recorrer largas distancias solamente para sobrevivir. Todo esto nos demuestra, que la evolución de los humanos, está guiada única y exclusivamente, por el afán de buscar la comodidad. Fue entonces cuando los humanos se dividieron en dos categorías: los que tenían bueyes por un lado, y los que seguían cazando por otro. Unos buscaban la comodidad de no tener que cazar, y otros la comodidad de no trabajar la tierra. Otros, que formaron una tercera categoría llamada por los demás “clase obrera”, decidieron ayudar a trabajar la tierra de quien tenía bueyes, a cambio de un par de lechugas y media docena de huevos de los que ponían las gallinas. Con eso nació otra categoría, la de los Jefes, que veían entusiasmados como sus tierras daban más y más hortalizas, trabajadas con el sudor de otros.

Continuará…, aunque reciba amenazas para que no continúe, continuará…..

1 comentario:

  1. Hola mi niño:
    !Adelante! continua siempre para deleite de quienes te seguimos, sólo puede amenazar el envidioso carente de la sabiduria que posees.
    un abrazo,
    Orquídea

    ResponderEliminar

Uy lo que han dicho...