El Hombre, y me refiero al Hombre como especie, englobando en ello tanto al género masculino, como al género femenino, es un ser sorprendente. No lo voy a descubrir ahora, líbreme Dios, todo el mundo lo sabe. Cientos de científicos en todo el mundo, llevan qué se yo cuántos años investigando, todas las sorprendentes acciones, que nuestras ilimitadas posibilidades son capaces de generar. Es algo demasiado complejo como para que alguien como yo, que hasta hace poco, pensaba que la Penicilina era ese líquido blanco que sale del pene, sea capaz de comprenderlo de buenas a primeras…
Pero mi incapacidad para entenderlo no me impide de vez en cuando reflexionar sobre ello, más o menos profundamente, lo cual, normalmente me suele dejar igual que estaba antes de empezar a reflexionar. Se podría pensar que reflexionar por reflexionar es tontería, y que además cansa. Pero yo no pienso así, creo que es una absoluta pérdida de tiempo. Pero lo seguimos haciendo, una y otra vez porque… no tenemos nada mejor que hacer, y puestos a perder el tiempo, ¿porqué no hacerlo reflexionando?
Mi última reflexión, fue una vez que flexioné dos veces, y me quedé completamente reflexionado… (lo siento, todos hacemos de vez en cuando algún chiste fácil). Bueno, como iba diciendo reflexioné… y no fue sobre cualquier cosa, no. Me dio por reflexionar sobre la supuesta y pregonada supremacía de la inteligencia humana, por encima de la inteligencia del resto de especies animales que pueblan este planeta. Compararnos con la inteligencia de otros planetas no nos atrevemos, más que nada, porque aún está por demostrar que haya inteligencia fuera de nuestro planeta, pero en el caso de haberla, seguro que algún lumbreras se empeñaría en demostrar que sería inferior a la nuestra.
La inteligencia la podemos definir como “la capacidad para entender y comprender” ó “la capacidad para resolver problemas”… Pues bien, según esas definiciones, me parece un poco, o mejor dicho, demasiado prepotente por parte del Hombre, afirmar que es la especie animal más inteligente. Es más, yo diría que en ese sentido estamos a la cola, y son un montón de especies las que nos superan a la hora de aprender. El caso es que, nos empeñamos una y otra vez en negar la evidencia. Una evidencia que, como su propio nombre indica, resulta evidente para cualquiera que reflexione un poco.
Un individuo de cualquier especie animal aprende, sobre todo y en teoría, de las experiencias vividas por él mismo, o por las vividas por alguien cercano, y que han sido observadas por ese mismo individuo. Y se ha demostrado que, tras vivir una determinada experiencia traumática, aprende de ella y ante una nueva situación similar, pone en práctica lo que aprendió anteriormente para salir airoso de dicha situación. Pero el Hombre, aunque sufra una mala experiencia, vuelve a hacer lo mismo en situaciones similares a la ya vivida una y otra vez, como si le fuera la vida en ello, lo cual indica que, o bien no aprendió absolutamente nada, o lo que aprendió… lo olvidó rápidamente.
Cuando yo tenía perro en casa, me preguntaba qué pensaría de mi al verme en situaciones parecidas cometiendo siempre los mismos errores, errores que seguramente el no cometería por haberlo aprendido ya la primera vez. Posiblemente me mirara con cara de estupefacción mientras pensaba: “Guau guau”, al mismo tiempo que movería la cabeza en un movimiento de negación… Lógico, yo también pensaría de otro “pero qué tonto, otra vez lo mismo…”.
Sólo unas pocas especies reaccionarían como el Hombre. Pero están en clara desventaja con nosotros porque son especies desmemoriadas, vamos que no tienen memoria ni nada que se le parezca. Nosotros, al menos en teoría si la tenemos, pero por lo que se ve, no debemos tener los suficientes megas, así que… ¿cual es la especie más inteligente? No sabría decirlo, pero si sabría decir cual no lo es.
El que creó la frase “El Hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra”, sabía lo que decía, y además, pensaba como yo…
Ocurre que hay formas y formas de ser intenligentes. La nuestra es una bastante estúpida.
ResponderEliminarUn saludo.
Yoni, yo no lo habría explicado mejor, de hecho no lo he conseguido...
ResponderEliminarNo sé quién dijo una vez: "La estupidez humana no tiene límites..", pero estuvo tan sembrado como vos...
Saludos cordiales.
Una lástima que no tenga límites.
ResponderEliminarSi así fuera, de tanto ser estúpidos podríamos forzar dicho límite hasta romperlo, traspasarlo y caer en el lado de las especies inteligentes.
Pero, bueno, es lo que hay.
Entiendo que haya tenido dicha confusión con la penicilina. Algunos postulan sendas propiedades sanadoras. Una estupides, seguramente.
Estupidez, así, con ZETA.
ResponderEliminarNo sé cómo lo escribirán los simios o los extraterrestres.
Pues sí, somos estúpidos, algunos más que otros of course, pero todos tenemos algún grado de idiotez.
ResponderEliminarYo también pienso que hay animales mucho mas inteligentes que nosotros; lo que pasa es que nosotros nos creemos superiores, otra estupidez.
Ademas ellos no tienen algo que a nosotros nos sobra: maldad
Besossssssssssss
Jazmín, es mejor que no exista ese límite, porque de existir seguro que nos pegaríamos por superarlo. Y tras superarlo, estoy seguro de que entraríamos en otro estado que no tendría nada que ver con la inteligencia...
ResponderEliminarSí, es cierto que la "penicilina" tiene ciertas propiedades que facilitan la conservación de la piel, aunque es un poco engorroso de untar y cara de conseguir...
Mo, totalmente de acuerdo, y sobre la maldad y otros comportamientos extraños hablaré en la segunda parte, porque si no dejaría demasiadas cosas en el tintero, aunque lo más seguro es que no me entre todo en una segunda entrada, así que seguro que no se queda en dos...
Un beso para las dos.
Interesante entrada, Elvis. Sin duda se trata de un tema en el que quien más quien menos se ha parado a pensar alguna vez en su vida, sobre todo después de cometer un error garrafal, o simplemente viendo las noticias, donde cada día podemos ser testigos de la extrema estupidez del ser humano.
ResponderEliminarEso que cuentas de tu perro es muy cierto. A mí mi perra me ha mirado más de una vez con cara de "pero qué coño haces, no ves que vas a cagarla otra vez". Tendré que empezar a pedirle consejo, jajaja, así seguro que me ahorro más de un problema. La pena es que no sepa hablar nuestro idioma, y para aprender el suyo no hay cursos.
Y esa tercera cosa que te queda por hacer, lo de escribir un libro, pues que todo es ponerse. Es cuestión de empeñarse, y fijarse metas pequeñas al principio, e irlas ampliando con el tiempo. No es algo fácil (aunque algunos serán capaces de escribir una novela hasta con la punta del capullo), pero si te pones en serio, seguro que lo consigues. Yo al principio no dejaba de decirme que se me había ido la cabeza, que cómo iba a escribir un libro si no había estudiado nada que tuviera relación con ello. Pero empecé, poco a poco, y llegó un día que me encontré poniendo la palabra Fin. Ya te digo que no es fácil, por lo menos para mí no lo fue, pero tampoco imposible. Y aunque nunca me lo publiquen, la satisfacción y el orgullo de haberlo escrito ya no me los quita nadie. Si todavía lo tienes en mente, ánimo y adelante.
Un saludo.
Para que el homo sapiens desarrolle su inteligencia bruta, ha de adquirir lucidez.
ResponderEliminarLa lucidez trae ideas brillantes en todos los aspectos, grandes o pequeños, de la vida cotidiana.
La genialidad se aloja sobre todo en los matices; y el que se llena de ellos, da a luz creaciones magistrales.
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Una petición: ¿podrías pasarte por aquí
http://zarzalinterior.blogspot.com/2010/08/estaba-buena-caliente.html#comments
y darnos tu parecer en algo muy concreto?
Zarzal, lo estoy intentando. Pero en este mismo blog y por capítulos, al menos es lo que pretendo con la historia Crónicas Chumbescas..., aunque es algo abstracto creo que va por buen camino. Gracias por los ánimos.
ResponderEliminarPazza P, ya lo he hecho, espero que os sirva de algo.
Saludos a ambos.
Lo de la penicilina que lo piense yo, como mujer que pasa algo de jambre y soltera...vale. Lo tuyo tiene delito.
ResponderEliminarY del tema que planteas, creo que la culpa la tiene eso que llaman "inteligencia emocional", que en la mayor parte de las ocasiones es de todos menos inteligente.
Fiebre, ya, ya sé que tengo delito, pero no por muchas otras cosas que ya irás conociendo jajaja
ResponderEliminarSi, inteligencia emocional, o también puedes llamarlo la supuesta capacidad para razonar que nos distingue de los animales. De eso hablaré en la segunda parte porque el tema da para mucho...
Un placer tenerte por aquí, saludos cordiales.