7 de septiembre de 2011

Personaje a exámen.

Capítulo 12. Adolf Hitler.




Nuestro personaje de hoy, además de ser bajito tenía bigote (o mejor dicho, un trozo de bigote, porque el desarrollo no le dio para más)…cuando llegó a ser adulto. De joven era aún más bajito. Y aún así creía ciegamente que pertenecía a una raza superior. En realidad fue un claro ejemplo de autoestima infinita y si hiciéramos una clasificación histórica de personajes basada en la prepotencia de los mismos, se llevaría el triunfo con varios cuerpos de ventaja. En realidad muchos cuerpos, porque dichos cuerpos eran bajitos…

A pesar de llegar a convertirse en el alemán más odiado, seguido muy de cerca por Oliver Khan y Stephan Effemberg, ni siquiera era alemán. Era austriaco, pero se fue al país vecino para mancillar la historia del pueblo alemán y dejar impoluta la de sus compatriotas. Hasta que Hitler no cruzó la frontera, los alemanes incluso hablaban sin que pareciera que estuvieran enfadados, pero fue llegar el bajito con bigote y… ¡hala!, todos de mala hostia…

No se sabe aún si era descendiente directo de Julio César (el romano), o si era sólo un pariente lejano, lo que sí que está claro es que heredó de él dos malas costumbres, o mejor dicho, obsesiones: eliminar judíos e invadir el mundo. Afortunadamente, y al igual que Julio César (el romano), no consiguió llevar a cabo ninguna de las dos (imagínense lo triste que sería que todos tuviéramos que hablar en alemán, como si estuviéramos todos enfadados…).

Su infancia se vio salpicada de malos tratos, y quizás por eso no creció más… su cerebro. Dichos malos tratos consistían en la terrorífica tortura de seguir una dieta alimenticia anómala: sus padres le obligaban día sí y día también a ingerir un único plato tres veces al día: Judías. Y además le obligaban a comerlo sentado en la bañera… Sus allegados sostienen que ese es el motivo de su obsesión por llevar a todas las Judías que encontrara a las duchas. Y ya puestos también a los Judíos, pero afortunadamente no les encontró a todos. Ni a todas.

Al igual que su pariente Julio César (el romano), fue víctima de alguna que otra rebelión de sus subordinados. No se sabe si dichas rebeliones surgieron como producto de un ataque de cordura, o si nacieron de un hambre de poder e intento de ocupar el puesto del bajito con bigote, porque todos ellos eran también bastante prepotentes, por decirlo de una manera fina, pero lo que sí es cierto es que todas fracasaron, más por incompetencia de los rebelados que por habilidades del bajito…

Aún así y todo, y según dicen (aunque creo que no está demostrado), hay que reconocerle al hombre su buena fe al quitarse de en medio vía suicidio… Esperamos que no surja ningún otro descendiente con las mismas obsesiones…

Os podría contar más cosas sobre Hitler, pero eso… es otra historia…



6 comentarios:

  1. Un hombre tristemente célebre. Ayer justamente miraba un documental en el que atribuían su locura, en parte a la guerra del 14, y en parte a su infancia desafortunada. Puede que algo de razón tengan. No lo sé. Nada justifica lo que vino después.

    Un saludo.

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  2. Dan miedo estos pequeños tiranos enfermos y sanguinarios que de tanto en tanto surgen en la historia. Hoy creo que no sería posible que pudiera ninguno moverse con tanta impunidad. Pero tienden a surgir periódicamente y no hay que descuidarse... De hecho, en África, continente dejado de la mano de dios, hay un gran criadero de estos seres que campan a sus anchas sin que nadie les pare los pies.

    Un beso, Elvis

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  3. Pone los pelos de punta la existencia de personajes como este...Aprovecho para decirte que hay gente a la que no les sale las actualizaciones de mi blog, si a ti te pasa también, la solución es dejar de seguirme, y a continuación le vuelves a dar a la pestaña de “seguir”, y ya se soluciona.

    Un abrazo!!

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  4. Yoni, efectivamente, nada justifica la maldad, ni siquiera ser bajito...
    Abrazo.


    Novicia, es que de Africa sólo nos acordamos para ir de safari... o para ir a buscar petróleo.
    Besos.


    Meg, ya me parecía a mi raro que no escribieras nada... ahora mismo voy.
    Besos.

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  5. Amigo Elvis, pues no sé que decirte acerca del personaje en cuestión elegido. La humanidad se lo podía haber ahorrado... Su recuerdo sólo puede valer para evitar que personajes como éste lleguen al poder, aunque ya sabemos que le han salido muchos seudo clones después.

    Un abrazo

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  6. Fer, por mucho que intentemos evitarlo, siempre aparecerán despojos humanos como éste. Lo único que podemos hacer es estar prevenidos...
    Abrazo.

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Uy lo que han dicho...