17 de diciembre de 2013

Hacer tiempo.

Hacer tiempo…

Es una expresión que utilizamos con relativa frecuencia en nuestra jerga habitual. Y no sólo eso, si no que además, se nos suele dar bastante bien “hacer tiempo”, sin que sea necesario tener una cierta habilidad para llevarlo a cabo.

Pero… ¿qué hay de cierto en ello? Porque hasta donde mi enorme ignorancia alcanza, a día de hoy, no creo que sea posible fabricar tiempo, y sin embargo, somos capaces de afirmarlo con total conocimiento de causa, como si fuéramos unos auténticos expertos fabricando tiempo y creáramos minutos como el que fríe churros, a ritmo de minuto por minuto…

Y además, tiene gracia que “hacer tiempo”, o lo que sea que nosotros entendamos por “hacer tiempo”, sea una de las pocas cosas, que podemos hacer mientras hacemos… cualquier otra cosa. Es decir, hacer dos cosas a la vez. Si es usted hombre, claro. Si usted es mujer, hacer tiempo será algo que podrá hacer mientras hace otras dos cosas a la vez… por lo menos.

Si nos paramos a pensarlo, normalmente acostumbramos a decir frases como, por poner sólo un ejemplo: “podemos hacer tiempo tomando un café” ó “podemos disfrutar un rato sexualmente mientras… hacemos tiempo”. Y esa es otra característica común que habitualmente rodea al acto de “hacer tiempo”: que es una actividad bastante satisfactoria, independientemente de que se consiga fabricar más o menos minutos. Eso lo dejaremos para la estadística dependiendo del “aguante” que tenga cada uno haciendo tiempo. A algunos les sobrará tiempo y a otros les faltará, pero… qué quiere que le diga, si a usted le falta tiempo… haber hecho más tiempo.

Pero sin embargo, lo más curioso es que, la mayoría de las veces, por no decir todas, hacemos tiempo… perdiendo el tiempo, por lo que no es de extrañar… que nos quedemos sin tiempo. Y por el contrario, paradójicamente, si no hacemos tiempo y nos dedicamos a lo que nos tenemos que dedicar… nos sobrará el tiempo, para después poder perderlo a nuestro antojo, lo hayamos hecho o no.


En definitiva, mejor no pensar en el tiempo… porque acabará lloviendo.





7 comentarios:

  1. Qué curioso, habrás visto que mis últimas entradas enmascaran cierta obsesión por el tiempo, cosas que tiene hacerse mayor.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Tiene mucha razón. A veces incluso resulta desagradable "hacer tiempo· a la fuerza cuando, por ejemplo, hemos quedado con una señora a las 10 de la mañana y, a las 10 y media, aún no ha aparecido.

    ResponderEliminar
  3. Yo soy de las que, a la que me descuido, lo pierdo to... incluso el tiempo pasado, presente y futuro... enfins, un horror... salvo cuando se acerca la hora de salir de curro que no hay manera de perderlo, ni de matarlo... simplemente de multiplicarlo :(

    ResponderEliminar
  4. Es una forma de "perder" tiempo de forma consciente, pero sin llamarlo por su nombre, porque sí, porque tú lo vales y se te apetece, que también es sano no producir de vez en cuando.

    ResponderEliminar
  5. Jajaja. A mí también me ha hecho siempre mucha gracia la expresión "hacer tiempo". Ojalá pudiese hacerse para guardarlo en una hucha y usarlo cuando nos falta... Besotes!!!

    ResponderEliminar
  6. "Hacia tiempo" no entraba yo por aquí....
    Saludos.
    Elperroverde

    ResponderEliminar
  7. Diversos problemas informáticos me han impedido pasarme por la blogosfera hasta hoy. Os había respondido a todos, pero por lo que veo ahora, no se ha publicado...
    Os pido disculpas por ello.


    Sergio, de hacerse mayor no nos libra ni hacer todo el tiempo del mundo jajaja.
    Saludos.


    Si Bwana, eso no es hacer tiempo, es que te dejen colgado jajaja
    Saludos.


    Dina, ese es el pan nuestro de cada día... afortunadamente.
    Besos.


    B., exacto, hacer tiempo o perder tiempo, pero porque uno quiere.
    Besos.


    Mi Álter Ego, eso sería ahorrar tiempo, pero tiempo ahorrado... tiempo perdido.
    Besos.


    Pedro, pues tiempo que has perdido jajaja
    Saludos.

    ResponderEliminar

Uy lo que han dicho...