6 de octubre de 2014

Sueños...

Yo sueño, usted sueña, el sueña…

Todo el mundo sueña. Usted, yo y su vecino. Por más que lo intente, nadie se libra, porque soñar es algo bastante inevitable, porque una vez dormidos, no somos dueños de lo que hacemos… ni de lo que soñamos. Y ni siquiera podemos elegir lo que soñamos. Uno se duerme y ¡hala!, empiezan a asomar por nuestros ojos cerrados imágenes descontroladas, a veces relacionadas entre sí, pero otras, en cambio, sin que guarden ninguna relación entre ellas. O eso creemos, porque…

A veces lo recordamos todo, a veces nada y a veces sólo parte de ellas. Quizás esas imágenes siempre estén relacionadas entre sí, pero no recordemos alguna parte de ellas, parte que es posible que hiciera de nexo, uniendo varias imágenes, pero que al no recordarlas nos hace creer que no guardan relación entre sí…

Por ejemplo: está usted soñando, dormido por supuesto, y en su sueño se ve sentado tranquilamente en su sofá leyendo el periódico. O cualquier libro, es indiferente. No digo que sea indiferente leer un libro o leer el periódico, mejor leer un libro porque leer un periódico es bastante triste, pero sí es indiferente para el ejemplo que nos ocupa. Bien, pues de repente, usted, en su sueño, pasa de estar sentado en el sofá leyendo, a estar tumbado en la tumbona de una piscina de un lujoso hotel. Desconcertante ¿verdad?

Yo tampoco entiendo porqué le llaman tumbona cuando en realidad deberían llamarle tumbadera…, tumbona es quien se tumba sobre ella. En fin, se podría pensar, que ambas situaciones no guardan relación entre sí, pero dicho pensamiento podría ser erróneo si, entre ambas escenas, hubiera otra en la que, usted, que está leyendo el periódico en el sofá (finalmente parece que no era indiferente lo que leía), lee la combinación de la primitiva y comprueba con algarabía que las apuestas de su boleto sellado coinciden plenamente… Esa es la imagen del sueño no recordada que une las dos imágenes que creíamos no guardaban relación entre sí. Es sólo un ejemplo, pero seguro que sucede así en muchas situaciones.

Pero no todo lo que soñamos se puede catalogar como sueño. O mejor dicho, debería llamarse de otra manera. Y de hecho se llama de otra manera: pesadilla. Que normalmente se suele llamar así a todo aquel sueño de carácter negativo. Y decimos “he soñado una pesadilla”, lo cual no deberíamos de hacer, porque lo que en verdad soñamos son sueños, las pesadillas… las pesadilleamos, o como quiera llamarlo, pero deberíamos empezar a practicar a conjugar dicho verbo para no crear confusiones con nuestros “sueños”.


Yo pesadilleo, tú pesadilleas, el pesadillea… y así con todos los tiempos verbales hasta pluscuamperfectarnos… juntos o individualmente, como usted quiera.




   

8 comentarios:

  1. Muy desagradable ese sueño en que comprobamos nos ha tocado la Primitiva; en realidad lo desagradable es despertarse y darse cuenta de que fue un sueño.
    También resulta frustrante soñar que está uno tomándose un cafelito con Mónica Belluci y, cuando nos dirigimos a la habitación, nos despertamos.

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  2. A mí me encanta cuando tengo la suerte de recordar un sueño, siempre me parecen reveladores :)

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  3. Yo no recuerdo nunca los sueños que tengo, salvo cuando sale la Scarlett XDDD

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  4. Yo nunca digo "He soñado una pesadilla" sino "He tenido una pesadilla".De hecho, creo que todo el mundo que conozco lo dice así... pero el verbo "pesadillear" me ha gustado. Besotes!!!

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  5. Me gustan los sueños y tambien las pesadillas, los primeros mientras duran y los segundos cuando se acaban.

    Un saludo, o bostezo

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  6. Si Bwana,... pero qué bonito es mientras dura... el café.
    Saludos.


    Telma, cierto. El problema es lo que revelan, que por lo general suelen ser deseos, algunos casi casi inconfesables... e incluso desconocidos.
    Besos.


    Jatz Me, el problema es que un sueño así, te tiene todo el día en desasosiego...
    Saludos.


    Mi Álter Ego, también decimos "he tenido un sueño" como variante a "he soñado un sueño", que es la forma correcta de decirlo, porque los sueños se sueñan, no se tienen, está en el aire o sabe Dios dónde flotando lejos de nuestro alcance...
    Besos.


    Pilar V, y que pena que unos se acaben y que los otros empiecen...
    Besos.

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  7. Yo recuerdo más las pesadillas que los sueños normales. Una vez pesadilleé que Rajoy se convertía en presidente.

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  8. Doctora, eso, además de pesadilla, es una premonición. No tendrás tú algo de brujilla? jajaja
    Besos.

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Uy lo que han dicho...