12 de enero de 2009

Los cuentos, cuentos son.

Estreno el año 2009, bloguerísticamente hablando, y lo hago dudando de si mis neuronas se habrán quedado ancladas en el año pasado, useasé, si me habrán abandonado. Y no lo digo porque la cabeza me pese menos, porque eso es debido exclusivamente a que cada vez tengo menos pelo, sino por los pensamientos que llegan a mi azotea, o más bien a la escasez de pensamientos.

Y ante la escasez de pensamientos, uno navega por esas páginas del mundo internauta, y se encuentra con fotografías capaces de desmitificar al personaje más mitificado del mundo mundial, fotografías como éstas:


Después de observarlas detenidamente, he sacado varias conclusiones.
La primera, es que, a pesar de lo que muchos investigadores sostenían, los 7 enanitos, tras 12 horas tirando de pico y pala, no salían de la mina, cantando alegres y felices, no porque hubieran tomado alguna sustancia dopante, no, si no porque les esperaba en casa cierta señorita. Basta con mirar la foto de Blancanieves, para entender la alegría de los enanitos. Cualquiera en su lugar tendría el mismo estado de ánimo aunque hubiera trabajado 250 horas seguidas. Por otra parte, Blancanieves, merece una mención especial por ser la principal promotora, de la teoría de que en la cama no importa la altura… Muchos bajitos tenemos que estarla eternamente agradecidos. Como veis en la foto, su imagen es bastante diferente a la que nos suelen presentar en los medios, de niña buena modosita y con la mitad del alma en el convento.

La segunda foto, me lleva a la siguiente conclusión. El lobo feroz era una bellísima persona. Se le criticó siempre a causa de engañar a Caperucita haciéndose pasar por su abuelita, cuando la verdad es que, cualquiera en su lugar, se habría disfrazado de abuelita y de cualquier otra cosa que se terciara, con tal de tenerla cerca. Y no me malinterpretéis, que no soy ningún acosador, pero es que….la carne es débil. En realidad, el pobre lobo, después de haber sufrido una auténtica odisea para llegar a su objetivo, ni siquiera tuvo la oportunidad de ponerle la zarpa encima, ya que Caperucita murió de un ataque orgásmico cuando descubrió boquiabierta, que las orejas y los dientes, no eran lo único que el lobo tenía en proporciones desmesuradas. En fin, otro personaje a quien la historia dejó en mal lugar injustamente.

La tercera foto, no es lo que parece. Bueno, si es lo que parece, pero aunque la veamos de espaldas, es un personaje muy conocido por todo el mundo. Se trata ni más ni menos, que de la famosa Cenicienta, sorprendida de esta guisa, resacosa perdida, producto de la fiesta en palacio la noche anterior, y buscando desesperadamente aquello que perdió durante la orgía organizada por el príncipe, y de la que ni se acordó cuando salió despavorida corriendo escaleras abajo sin mirar atrás. Como se puede observar en la foto, no fue precisamente el zapato lo que perdió, si no otra prenda algo más íntima. La pobre Cenicienta, como es pobre, y valga la redundancia, sigue buscando dicha prenda por todas partes, sin tener ni la más mínima idea, de su paradero, y como os podéis imaginar, el príncipe, por miedo a provocar un escándalo, no salió a la calle a probar dicha prenda a todas las lugareñas para ver a quién le encajaba, si no que se la quedó de recuerdo, y la enmarcó como si fuera un trofeo más de caza.
En fin, los mitos, mitos son, y de vez en cuando hay que desmitificarlos un poco. Lo próximo serán personajes masculinos, porque algunos también tienen tela que cortar…. Continuará…

1 comentario:

Uy lo que han dicho...