15 de enero de 2010

Tomar medidas.

¡¡¡Abróchense los cinturones!!!

No, tranquilos, no se preocupen porque no están escuchando la voz de ninguna azafata. No vamos a despegar, y ni mucho menos tampoco vamos a aterrizar. Ni tan siquiera estamos en un avión. Así que vuelva a sentarse y no se asome a la ventana, si es que se ha levantado incrédulo para ver si se encuentra dando un paseo por las nubes…, bueno, quizás si que esté en las nubes si ha llegado a creerse que está en un avión… Así que relájese y vuelva a la tierra.

Pero el aviso inicial sí que tiene que ver con las alturas, porque a estas alturas de la crisis, no sólo debemos abrocharnos el cinturón, si no que deberíamos apretarlo hasta que los riñones nos salgan por el ombligo… ¿Que no puede apretarlo más? ¿Que su cinturón ya da dos vueltas a su cintura? Mire usted, no me venga con pamplinas porque siempre se puede hacer un agujero más, y si necesita aguantar un poco la respiración para abrochárselo no se preocupe, porque siempre puede llevar una bombona de oxígeno colgada a la espalda… los buceadores lo hacen y no se quejan nunca. Es más, hasta son capaces de nadar con ellas. Algunos incluso llevan dos. En este momento, le vendrá muy bien para poder sobrevivir, ya que con ello podrá respirar en las profundidades hasta que pueda salir a la superficie.

De momento, dada la situación en la que nos encontramos, la superficie nos queda algo lejana, así que será mejor nadar y guardar la ropa. ¿Cómo? ¿Qué dice? ¿Que dónde la guarda? ¿Que ya está mojada? Me está usted empezando a irritar. Pero ¿cómo se le ocurre nadar vestido? Esto dificultará la labor de nadar hasta tal punto, que incluso es posible que le impida salir a la superficie cuando sea necesario, con la consecuencia lógica de su ahogamiento. Ser previsor nunca está de más, así que mejor quítese la ropa, si es que puede desabrocharse el cinturón aunque sólo sea un momento, suba rápidamente a la superficie, deje la ropa al sol y vuelva a sumergirse durante unas horas, después vuelva a la superficie y guárdela en un lugar seguro, si es que aún está donde la dejó…

En otras palabras, puede usted utilizar como solución de emergencia, el nuevo sistema de hucha inventado para ahorrar todo lo que se pueda, y además alegrarse la vista un poco con ello, depositando en ésta poco a poco, lo poco que le sobre tras pagar hasta lo impagable…


Cuando pueda salir a la superficie, por otra razón que no sea la de cambiar de bombona, o de bombonas, procure no soltarse el cinturón de golpe, mejor vaya soltándolo agujero por agujero, y dejando que su cuerpo se vaya habituando poco a poco a la nueva situación. Soltarlo de golpe podría producirle la pérdida de sus riñones, que saldrían despedidos hacia su espalda y podrían ser expulsados de su cuerpo por el único orificio cercano al final de su espalda.

2 comentarios:

  1. Esto es muy confuso.

    Ese dolar ubicado tan...estratégicamente...viene a sugerir que la economía se esta recalentando?

    por otra parte durante años en Argentina se nos viene repitiendo que estamos siendo favorecidos económicamente porque estamos recibiendo un "viento de cola". Volviendo a la foto, creo que un viento de cola evidentemente haría caer el dolar estrepitosamente, y no creo que eso nos favorezca realmente.

    Como verá, mis aptitudes para la economía no son buenas.

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  2. Viejex, más o menos. No sólo se ha recalentado, si no que ya echa humo por...ahí y huele bastante mal. Efectivamente, que no os engañen, porque un "viento de cola" no favorece a nadie que no lleve máscara antigás en el equipaje.

    Posiblemente lo nuestro sea lo que se suele llamar "economía sumergida", o lo que es lo mismo, sumergida en una profunda depresión..., pero no me diga que viendo la foto no le dan ganas de meter dinero compulsivamente a tan singular hucha...

    Saludos cordiales.

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Uy lo que han dicho...