Capítulo 15.
Albert Einstein.
Nuestro personaje
de hoy, pasó a la historia gracias a su pasión. Más concretamente a su pasión
por la Física. Como no podía ser de otra manera, su pasión le llevó de la mano
a convertirse en Físico. Lo cual resulta, cuanto menos curioso, ya que nadie en
su entorno llegó nunca a creer que destacara por su físico, considerado más
abstracto que físico.
Se convirtió en
el Físico más conocido y popular del siglo XX (20, para los que no saben
romano), aunque, al menos yo, no sabría decir en qué nacionalidad encasillarle,
ya que, aparte de la pasión por la Física, también tenía una pasión desmedida
en coleccionar nacionalidades. Dicho afán nacionalista, o anti nacionalista
según se mire, le llevó a tener cuatro nacionalidades diferentes.
Fue tal su
extravagancia en ese sentido, que incluso durante cinco años, de 1896 hasta
1901, fue apátrida, es decir, no tuvo nacionalidad alguna… Las malas lenguas
afirman que, dicho baile de nacionalidades, tuvo su origen en su luna de miel,
consistente en un tour por Europa, de esos en los que hoy en día no tienes
tiempo ni para mear, pero que por aquel entonces, por lo que se ve, tenías
tiempo de jurar la constitución de cada país nada más pasar la frontera…
Así, pasó de ser
alemán a ser apátrida, después suizo, seguidamente austríaco, para finalmente
volver a ser alemán. Pero como además de ser todo eso, también era judío, el
jodío tuvo que emigrar a Estados Unidos cuando su compatriota Hitler se lió la
manta a la cabeza, y le dio por perseguir a todo judío viviente. Cuando digo su
compatriota, es porque durante unos años ambos fueron austríacos… y alemanes. Evidentemente
y como no podía ser de otra manera, nada más pisar suelo americano… se
nacionalizó americano.
Pero ya para
entonces, el bueno de Einstein, contaba con una dilatada experiencia en
hallazgos científicos. Su primer trabajo reconocido data de 1901, justo cuando
se convirtió en suizo, y dado que dicho trabajo, fue un estudio científico
sobre la atracción capilar, también fue justo cuando se convirtió en peludo e
inmortalizó para siempre su peculiar peinado. Se desconoce cuáles fueron los
métodos empleados en dicho estudio, pero fuentes anónimas afirman que
consistieron en introducir dos dedos en un enchufe. Vaya usted a saber.
Lo que sí está
claro es que, éste primer estudio científico de la atracción capilar, fue de
largo el estudio más comprensible y mejor aceptado por la comunidad científica
de todos los que realizó Einstein. A partir de ahí, no sé si tendría algo que
ver su final aspecto, empezaron a tomarle por loco. O como el mismo matizó
posteriormente “relativamente loco”. Y le tomaron por más loco aún, ya que
nadie entendía aquello de “relativo” y su extraña teoría de la relatividad…
Os podría contar
más cosas sobre Albert Einstein, pero para eso ya está la Wikipedia…