Usted no decide… Yo tampoco.
Me dirá que aparque a un lado mi presunción y que hable exclusivamente
de mí, pero no sea ingenuo, no es nada saludable negar la evidencia, sobre todo
cuando es tan evidente… ¿Que cuál es esa evidencia tan evidente?... La
dictadura a la que somos sometidos por parte de nuestros pequeños… dictadores.
Los niños tienen el poder absoluto, por mucho que queramos
negar la evidencia. Sí, podemos consolarnos con el pensamiento de que,
posiblemente, y sólo posiblemente, el sometimiento a su dictadura sea bastante
voluntario. E incluso podemos pensar, que son nuestras propias emociones las
que nos hacen vulnerables a su voluntad.
Es bastante posible que sea esa la razón de que siempre consigan
lo que quieren. Y digo siempre porque es siempre. Incluso cuando creemos que
hemos salido vencedores, la victoria sólo es una derrota encubierta.
Generalmente nos quedamos con la sensación de que nuestro “NO” ha sido un “NO”
definitivo, pero la verdad es que, esa victoria ficticia, no nos deja ver el
verdadero desenlace, que siempre desemboca en un “NO, pero…”.
Y ellos lo saben. Saben que la opción final siempre la
determinan ellos. Te estudian con sigilo, descubriendo tus puntos débiles, ponen
en marcha todo su arsenal de artes dramáticas, y te atacan sin contemplación
hasta que consiguen un chantaje emocional bastante efectivo.
Su ataque llega en oleadas y consiste en darnos varias opciones
que, habiéndolas preparado con antelación, son lanzadas por orden de
preferencia, “su” preferencia, sabiendo que posiblemente empecemos negándonos,
y van debilitando poco a poco nuestra
resistencia con el bombardeo de opciones y quejas dramáticas, sin que nos demos
apenas cuenta.
Y claro, llega un momento en que tu voluntad es dominada por
sus artimañas, alguna de las opciones consigue tu beneplácito, y además te quedas
con el sentimiento de que sigues siendo tú quien marca los límites a los que
llegar…
¡Pardillo!... Nuestra respuesta siempre se trata de un “NO”
condicional. Porque la mayoría de las veces, nuestra negación, llega a un
destino que ni por asomo era la opción que nosotros habíamos elegido en un
principio. Pero no nos damos cuenta, porque nos limitamos a pensar “fantástico,
no le he comprado la PSP…”. Y claro, no, no le has comprado la PSP que te
pedía, pero le has comprado un balón y un equipaje completo de fútbol… cuando
tu idea original era no gastarte ni un euro ese día…
Reflexione sobre el tema. Podría poner un millón de ejemplos,
pero seguramente ya le serán bastante familiares, así que reflexione porque
seguro que llega a la misma conclusión que yo…
Por supuesto, no voy a decir que la dictadura infantil nos
convierta en desdichados, y… ¡qué coño!, siempre nos proporciona una gran
satisfacción verlos felices, pero eso no debe de ser impedimento para que nos
demos cuenta de quien tiene el poder…
Ya crecerán ya y entonces dirás, con lo gracioso y obediente que era de peque, jajaj.
ResponderEliminarSaluditos.
!!Hola,Elvis!!
ResponderEliminarYo digo siempre q cuando son pequeños dan ganas de comerselos y despues te arrepientes de no habertelos comido.Pero dan muchas satisfacciones verlos crecer, a pesar de las rabietas y el mandoneo a q nos someten estos pitufillos.Muchisimos besitos,Elvis.
Gracias por confirmar las teorías que llevo años comentando, por suerte no soy el último en el orden jerárquico casero, yo mando más que la cobaya de mi hijo.
ResponderEliminarY si no funciona ninguna de sus argucias siempre les queda la mirada tierna tipo Gato con botas o el soltar alguna graciosada que termina derritiendo a los padres, lo peor es que tienen poderes hipnóticos porque ellos no son capaces de darse cuenta de ese dominio aunque para los demás sea más que evidente, salvo algunas excepciones como supongo es tu caso jejeje.
ResponderEliminarnada q un buen soplamoco no te ayude a sobrellevar. No creo q a puro sopapo logres que dejen de imponerse, pero la venganza es de dulce...
ResponderEliminarTienes toda la razón. En mi vida he tenido mayor capacidad de negociación que cuando tenía ocho años. Deberían dejar la banca en manos de los niños... Besos.
ResponderEliminarVoy a pedirle a mi madre un balón y un equipaje completo de fútbol, a ver si así me cae la Play 3 :P
ResponderEliminarY cuando se hagan mayores los muy cabrones nos encerrarán en ese campo de concentración llamado Asilowitz.
ResponderEliminarA mí mi sobrino me tiene dominada. Él manda y yo obedezco.
ResponderEliminarP.D.: Por cierto, yo creo que la foto de la chica del mes no es de Sofía Vergara. Que también tiene un culo espectacular, pero yo creo que no es ella.
Zorrete, seguramente me acordaré y entonces juraré en hebreo... o en uzbeko que es más rítmico...
ResponderEliminarSaludos.
Lady Celeste, aún no he llegado a la fase caníbal... pero en tiempos de crisis nunca se sabe...
Besos.
Sergio, es lo bueno de tener mascota... yo no la tengo y así me va...
Saludos.
Valeria, eso entra dentro del apartado "artes dramáticas"... aprenden demasiado gracias a la evolución de los dibujos animados...
Besos.
Zeithgeist, (me ha costado escribir tu nombre...), un soplamoco no me sabe a nada. Dos tampoco..., pero tres ya empieza a ser satisfactorio...
ResponderEliminarSaludos.
Mi Álter Ego, ni hablar. Si los adultos han sido capaces de que les solucionen sus desfalcos... imagínate si fueran infantes... o infantas.
Besos.
Doctora, si te compran el traje... te compro una foto con tu nuevo traje y la pongo de chica del mes...
Besos.
Pazzos, habrá que estar atentos cuando nos quieran llevar a la ducha...
Abrazo.
Loquediga, los tíos se dejan dominar aún más... y lo digo por experiencia, que fuí tío antes que padre...
No sé si será ella o no, pero ese nombre tenía la foto y al menos vista por detrás sí que se le asemeja...jajajaj
Besos.
San Herodes bendito, virgen y martir...
ResponderEliminarPilar, Herodes seguramente fué un padre que perdió la paciencia en las negociaciones con su hijo... y lo pagó con el resto.
ResponderEliminarBesos.
Donde manda capitán, no gobierna marinero.
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