10 de enero de 2011

El Día "R".

Día: R. Hora: Sabe Dios cuál era porque aún no había amanecido…

Se oye una vocecilla en la habitación de los niños: “Mami!!! Me quiero levantar ya!!!... Que ya han venido los Reyes!!!...

Así comenzó el día R. Un día mágico, especial, esperado… y agobiante. Y madrugador, porque miro el reloj y eran las 7:26…

Tras el susto inicial que acompaña a esos momentos de semiinconsciencia que necesita uno para asimilar en qué día se encuentra, me levanto y me dirijo al salón de mi casa donde mis hijos miran emocionados los regalos que amontonados forman dos pequeñas torres, una al lado de la zapatilla de cada uno. Esperaban un gesto afirmativo, tras el cual se lanzan a abrir los paquetes como posesos… Te enseñan uno a uno sus regalos diciendo: ¡Mira Papi lo que me han traído los Reyes!... y pones una cara de sorpresa digna de un oscar mientras miras el regalo embobado.

Entre tanto, y con gran alboroto como ruido de fondo, me son entregados mis regalos… Más concretamente mis dos regalos. Abro el primero: un pijama. Bien, me hacía falta. Abro el segundo y… ¿Saben esa sensación que tiene uno a veces de que le están tomando el pelo? Pues eso mismo sentí yo, aunque lo disimulé bien. Ahora mismo pienso que fue una venganza de los Reyes, mosqueados conmigo por lo que escribí en el post anterior, más concretamente en el último párrafo, en el que se me ocurrió hacer algún comentario sobre sus centenarias barbas… Pues eso, como venganza, me dejan de regalo un kit de afeitado en una caja que cita textualmente: “ Kit de ayuda para el hombre Lija”. ¿No se lo creen? Pues miren la foto:



Después del típico cachondeo, y de comprobar cómo el salón se llenaba poco a poco de papeles de regalos hechos jirones, comencé con la labor logística. Sí, esa en la que no piensan los Reyes cuando dejan los juguetes, esa que nos tiene a los padres unas cuantas horas de rodillas, o sentados en cuclillas como prefieran, armando la casita de no sé quién, la isla calavera de Peter Pan, o la boutique de Minie… Estoy seguro de que ayer cuando me levanté de la cama yo tenía dos riñones, a las 12 del mediodía no me atrevería a jurar que siguieran en su sitio…

Y claro, cuando uno cree que ya lo tiene todo montado y bajo control… llegan los cuñados, o mejor dicho, las cuñadas. Y no vienen solas no, lo hacen acompañadas de otro montón de paquetes sorpresa que… sí, han adivinado bien, también hay que montar algún que otro juguetito que me tiene “entretenido” hasta la hora de comer.

Pero no queda ahí la cosa. Antes de la merienda nos espera un viaje. Viaje a casa de los abuelos paternos donde se junta la otra parte de la familia para… ¿se imaginan?... Sí, eso, para merendar o cenar, o para merendar y cenar. Lo que se suele llamar una merienda-cena. Y ya puestos, ¿porqué no? Darnos unos cuantos regalos más. Más alboroto infantil, más envoltorios rotos y…, sí, más juguetes para montar, de lo cual me libro momentáneamente por no estar en mi casa.

Pero faltaba el plato fuerte de la jornada, y no me refiero a los mejillones de la merienda-cena, no. El momento que mis hermanos y yo llevábamos esperando un par de meses. Entregarle a mis padres el regalo, consistente en una foto de estudio de los cuatro hijos (la historia de esta foto la contaré en otro post). Y el momento tuvo su cachondeo. Tras dejar caer durante la merienda-cena algún comentario del tipo “qué bien quedaría ahí una tv de 42 pulgadas” o “tenéis que cambiar de tv”, en el momento de entregarles el “paquetito”, les hicimos salir del salón, para colocar encima de la mesa el cuadro envuelto en… la caja de un tv. Su cara fue un poema y mi madre sólo atinó a decir: “yo no quiero esa pedazo tele, no tengo sitio para colocarla…”. Nos reímos a lo bestia.

En fin, el día terminó justo cuando debía terminar, es decir a las 0:00 horas, momento en el que arropaba a mis hijos en sus camas. Lo dicho, un día bastante completito y del que me alegro de que sólo halla uno al año, más que nada, porque mi bolsillo no da para más…

7 comentarios:

  1. Pts, Elvis! oiga, que "halla" es una conjugacíón de "hallar" y no de "haber".

    Usted quiso decir "haya". Como el árbol. Por cierto, ya desarmó el árbol? Lo siento por sus riñones...

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  2. Que indirecta que le mandaron para que se afeite, se emprolije y se perfume!

    Que bien los Reyes con la Tv a los padres!

    Esos son Reyes!


    Abrazo

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  3. Qué pila de cosas no tengo que hacer en el día "R".

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  4. El momento de ver a los niños contentos no tiene precio. Y los momentos de risa son los que siempre recuerdas.

    Un saludo.

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  5. ¿Seguro que para tu madre no fue una putada que en vez del macro televisor hubiera una foto? ;)

    P.D. No soy capaz ni de montar los juguetitos de los huevos Kinder :(

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  6. Todo sea por los niños. Ahora que lo pienso, yo no recibí nada en Reyes. Voy a interponer la debida queja.

    Un saludo.

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  7. Viejex, tiene razón...gracias por la corrección, seré animal!! Ahora mismo corro a flagelarme... No no desmonté el árbol y afortunadamente mis riñones ya se desencajaron de los pulmones y están en su sitio.
    Un abrazo.


    Minombre, ya ve, para que después digan que tener barba de dias es sexy...
    Saludos.


    PazzaP, yo prefiero tener que hacerlas, total sólo es un día al año... si le da tiempo, si no dos.
    Saludos.


    S, así es, no lo cambio por nada del mundo... ni por nada de cualquier otro planeta.
    Saludos.


    India, no sé, es posible que tras su mosqueo inicial se escondiera una gran alegría, pero nunca lo sabremos. Entre nosotros, montar las sorpresas de los huevos Kinder es más complicado que armar un mueble de Ikea...
    Besos.


    Yoni, si no recibió regalos... o no se portó todo lo bien que debería... o se le pasó echar la carta, una de dos.
    Un abrazo.

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Uy lo que han dicho...