Mis hijos crecen…
Yo no. Lo dejé hace tiempo como quien deja un mal vicio,
nunca me gustaron las alturas, sobre todo si son altas. Pero mis hijos crecen…
Los suyos también, si es que los tiene, no quiero que piense
que tengo la opinión equivocada de que mis hijos tienen la exclusividad del
crecimiento… Y los de su vecino también crecen, en el caso de que también los
tenga. Todos crecen en mayor o menor medida, y es más que probable que los
suyos crezcan en mayor medida que los míos… si es que los tiene, porque parece
que los míos han heredado mi miedo a las alturas. Sobre todo a las altas.
Pero crecen. No todos los días, porque hay días que el
cuerpo se acomoda y se toma un respiro, tiene derecho a ello y además le ampara
la constitución (sobre todo su constitución física), pero sí crecen semana a
semana, mes a mes, de una manera imperceptible a nuestros ojos.
Un día estás cambiándole los pañales y cuando te quieres dar
cuenta te discuten que ese pantalón no pega con esa camiseta… Con los pañales
era todo más fácil, todos eran iguales, de mayor o menor capacidad absorbente,
pero iguales. Y además eran desechables, no había que lavarlos. Ni a mano ni en
la lavadora. Simplemente se tiraban a la basura…
Pero mis hijos crecen. Y no sólo físicamente, también
intelectualmente. Los suyos también, si es que los tiene. Y los de su vecino
también, si es que también los tiene. No quiero que interprete que mis hijos
tienen un intelecto de genio. Más bien tienen genio que, sumado a su intelecto,
hace que se te quiten las ganas de llevarles la contraria.
Un día se les traba la lengua para decir “papá” y antes de que
te des cuenta saben deletrear el nombre impronunciable de ese dinosaurio tan
raro que vieron en una exposición… y sumar y restar manzanas. Y peras. Y te
tienen que enseñar a hacer una vaselina jugando al FIFA cuando tú pensabas que
las vaselinas sólo se podían hacer en un campo con el balón en los pies… Eso
yo, que sé hacer algunas cosas con un balón en los pies, usted… no sé, lo mismo
tiene una idea completamente diferente de la vaselina y sus usos…
La consecuencia más directa del crecimiento intelectual, del
crecimiento intelectual de mis hijos quiero decir, o de los suyos si es que los
tiene, es la capacidad de poner en duda cualquier filosofía paterna, o lo que
es lo mismo, el inevitable descubrimiento de que papá y mamá no lo saben todo… Usted tampoco, no lo niegue…
Maldito y bendito crecimiento...
Pd.: Nuevo mes, nueva chica del mes…
Yo no tengo hijos, pero si sobrinos y se me está pasando el tiempo rapidisimo...era ayer cuando juagba con pistolas de agua en la playa y hoy estoy antre una universitaria de 19 años a la que le han roto el corazón :-S A otro de ellos le ha cambiado la voz en cuestión de un mes!! :-D Nada, aprovechar cada uno de los momentos y etapas, con sus cosas buenas y malas.
ResponderEliminarUn besote!!
Mientras los hijos crecen, los padres de-crecen. Por eso, hay que disfrutarlos cuando aún no han crecido mucho, porque después nosotros ya hemos de-crecido demasiado...
ResponderEliminarabrazo
jajajaj . esa foto la del bebe ajajaj . saludos!
ResponderEliminarcreo que el hijo va a ser lampiño toda su vida. saludos.
ResponderEliminarYo creo que ningún hijo piensa que su padre sea perfecto, lo que pasa es que no se imagina hasta qué punto ;P
ResponderEliminarSuena todo bastante entrañable, me recuerda en cierto modo a lo que me dice mi madre... Yo de momento sólo he experimentado un lado de lo que tú cuentas.. ya habrá tiempo!
ResponderEliminarA mi mis hijas,me confunden con su hermano, pues me cabree conmigo mismo y deje de crecer, dejando de cumplir años.... este secreto no se lo cuento a todo el mundo.
ResponderEliminarUn Saludo.
Meg, a veces con los sobrinos es peor... porque no les ves todos los días y los cambios son más bruscos...
ResponderEliminarBesos.
Lucrecia, es ley de vida, por mucho que nos cause frustración... Y que sea por muchos años.
Besos.
Frank, tan real como la vida misma...
Saludos.
Draco, o eso o no encuentra maquinillas de afeitar, una de dos.
Saludos.
Doctora, los míos lo pensaban hasta hace bien poco... Lo que pasa es que cuando adquieren verdadera consciencia del mundo que les rodea, se les olvida lo que pensaban anteriormente.
ResponderEliminarBesos.
Eliza, tú aún creces... y ni se te ocurra dejarlo de momento, por mucho que te digan que es un mal vicio...
Besos.
Elperroverde, no se puede decir algo así y quedarse tan ancho... Así que ya estás largando el secreto, que quiero volver a robar manzanas...
Saludos y bienvenido a tu casa.
Yo sólo soy hija y en esas creo que me voy a quedar (no doy nada por seguro en esta vida).
ResponderEliminarHe crecido (tampoco una cosa loca, no te vayas a creer), he desarrollado mi intelecto por lo menos hasta el punto de aprender a masticar con la boca cerrada y también me di cuenta un día de que mi madre no sabía nada de nada, luego cambié por un moderado "no lo sabe todo" y hoy por hoy me rasgo las vestiduras a la vez de "qué razón tenía mi madre". Así que ten paciencia, que esa etapa les llegará también. Besos.
Mi Álter Ego, supongo que es así. Que todo evoluciona en ese sentido, pero... ahora me toca vivir esta etapa. Aunque en el fondo no es una queja y en realidad estoy encantado de poder disfrutarlo.
ResponderEliminarBesos.
Siento llegar tarde a este post, que es buenísimo, Elvis. Sobre todo por lo real que es.... Lo bueno que tiene que los hijos crezcan es que te obligan a reciclarte constantemente... Yo, con una de 20 y otro de 14, estoy mucho más al día de lo que se cuece en la calle que mis cuñados o mi hermano, por ejemplo, que son más jóvenes que yo pero que no tienen ese cordón umbilical con la calle que nos une a los que tenemos hijos....
ResponderEliminarUn beso