16 de diciembre de 2009

Personaje a exámen.

Capítulo 4. SANTA CLAUS.
(Ó Papá Noel, según de donde sea uno…).


Nuestro personaje de hoy, tiene mucho que ver con las fechas en que nos encontramos, ya que sólo se deja ver en ésta época. ¿Dónde está el resto del año?... ¡¡¡Yo qué sé!!! Ni que yo lo supiera todo. Dicen que cerca del polo norte, en los alrededores de Finlandia, por Laponia…pero todo es muy confuso, porque también se le ha podido ver habitando un ático cerca de Central Park en Nueva York…

Aparece en Navidad, con su característica barba blanca (lleva sin afeitarse desde los 23 años), con su típico traje rojo y blanco (no…, creo que no es del Atlético) desatendiendo a las indicaciones de su señora (quien no se cansa de repetirle que ya no está para andar haciendo tonterías con el trineo), para volar con su peculiar vehículo de casa en casa, en las que año tras año se empecina en entrar por la chimenea (en lugar de hacerlo por la puerta como todo el mundo, o si me apuras, por la ventana) dejando regalitos, que previamente le han sido solicitados por correo, email o sms (en teoría sólo atiende las peticiones de los que se han portado bien…, pero sólo en teoría, porque a mi alguna vez que he sido malo también me ha traído algún regalito…).

Y, claro, alguien que va repartiendo juguetes y regalos diversos a diestro y siniestro, está claro que tiene que tener una buena fuente de financiación. En su caso es la publicidad, prestando su imagen a cambio de unas fuertes sumas de dinero, que permitan que no caiga en la quiebra más absoluta. En 1930 firmó un contrato vitalicio para promocionar la ya archiconocida Coca-Cola, producto que siempre ha confiado en nuestro viejecito para representar su imagen por todo el mundo.

Nunca podré entender, porqué si se mete por todas las chimeneas habidas y por haber, siempre tiene el traje en perfecto estado de revista. Porque no me trago que todo el mundo tenga la chimenea limpia. Ni tampoco podré entender, como es posible que circulando en un trineo descapotable a una altura considerable, nunca se le vuele ese gorro tan ridículo que lleva puesto. Salvo que sea una prolongación de su cabeza ó que lo tenga cosido al pelo….

Lo que si sé, es que estamos hablando de un personaje de lo más pintoresco. Hace unos trescientos años que tiene 90, es decir, se estancó en esa edad de viejecito entrañable, y a pesar de todo, aún le conceden la renovación del permiso de conducir, que le permite usar su trineo volador. Bueno, nunca se ha sabido a ciencia cierta, si el que vuela es el trineo, o los renos que tiran de él. O ambos. Lo que nadie puede negar, es que siempre está de buen humor, ya que siempre se anuncia con su “HO! HO! HO!!”, aunque le esté cayendo nieve a kilos, y los renos le hayan abandonado…

Representa una dura competencia para los Reyes Magos de Oriente, una competencia un tanto desleal ya que está en clara ventaja, porque a día de hoy, los camellos de los Reyes no pueden volar, y eso representa un desgaste físico más que considerable, dada la edad de los protagonistas. A favor de Santa Claus, podríamos decir que sólo es uno y además sin pajes que le ayuden, pero eso a veces, también es una ventaja, ya que no discute con nadie y se lleva todo el protagonismo. Y lo demuestra el hecho de que el sólo, sea capaz de hacer el mismo trabajo que sus tres colegas orientales, y todo ello, al igual que ellos, en un solo día.

En fin, espero que nos siga amenizando las Navidades, al menos, otros 500 años más…, del resto de su vida se podrían decir muchas cosas, pero eso… es otra historia…

2 comentarios:

  1. Un post muy gracioso, pero yo prefiero a los reyes magos antes que al gordito de rojo jejejeje un besiiin

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  2. Yo también, Sonia, yo también, pero omo esta sección de "personaje a examen" es de carácter individual, pues como que no pega meter a un trío...
    Un saludo y gracias por el comentario.

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Uy lo que han dicho...